Lo bueno de la Pandemia

El Médico de Familia, Pastor y consejero, Guillermo Zeitunlián, invita a reflexionar en este tiempo de aislamiento y recuerda el valor de los vínculos en nuestra vida cotidiana.

Por: Dr. Guillermo Zeitunlián

Pandemia

¡¿Qué?! ¡¿Cómo que “lo bueno” de la pandemia?! Si está todo mal… ¡¡Si la pandemia nos aisló!!
– ¡Sí, amigo… es verdad! Pero quiero invitarte a descubrir que aún dentro de lo malo, hay “algo bueno”. Hasta en la noche más oscura, siempre brilla alguna luz…

Así es, estimados lectores. Creo que una actitud positiva para atravesar este tiempo tan difícil, es encontrar cosas positivas. Y sí, las hay. Más allá del dolor de muchas personas, el cual respetamos (te lo dice alguien que la pasó bastante mal e internado por el covid, pero doy gracias a Dios que me hizo salir). Hay cosas buenas que antes con el ritmo vertiginoso de vida no valorábamos, pero que ahora estamos redescubriendo. ¡Y siempre las teníamos! Quiero compartirte al menos dos joyas de gran valor que esta pandemia nos obligó a revalorar.

La primera es el valor de la familia. Tuvimos que quedarnos en casa, obligados. Y eso nos llevó a pasar más tiempo con nuestro núcleo familiar. Y muchas familias descubrieron que no estaban teniendo juntos el suficiente tiempo, y por consiguiente, habían descuidado la relación familiar. Y al hablar de relación familiar me refiero al matrimonio.

Y a la relación con los hijos. Y a los hermanos entre sí. Comunicación, diálogo, escucharnos mutuamente. Muchas personas buscan ayuda en alguien que simplemente los escuche, cuando dentro de casa tenemos a personas de nuestra sangre y afectos, y no nos escuchamos ni hablamos lo suficiente. Las familias que han redescubierto el valor del diálogo y el escucharse, se han fortalecido de modo maravilloso.

Comprensión, hablar de temas que van quedando relegados por las corridas, ayuda mutua, consejos, dialogar, reflexionar juntos… ¡qué lindo es todo eso! ¿Y dónde lo vamos a buscar si no es en casa? Amor, afecto, comprensión, sinceridad, perdón… valores preciosos que deben cultivarse en casa, y que la pandemia nos obligó a redescubrir.

La segunda joya preciosa es el tiempo de reflexión personal. Pensar, cultivar la vida interior. Menos televisión u otras cosas, y reflexionar. Buscar áreas débiles, descubrir errores, valorar los puntos fuertes, sincerarnos, examinar nuestras actitudes, dejar egoísmos, replantearnos objetivos, y, por supuesto… hacer los cambios necesarios. Esto nos ayudará a liberarnos de ansiedades y optimizará nuestros recursos interiores.

Para esto quizás necesitemos otros puntos de vista, que podemos encontrar por ejemplo en buenos libros. En el caso de quien te habla, es la Biblia la que me ayuda siempre en todo el proceso que menciono, a fin de hacer los cambios para ser mejor persona. Así que te recomiendo que revalores tu tiempo y lo emplees de la mejor manera en una buena reflexión personal, lo cual traerá grandes frutos de satisfacción y potenciará tus esfuerzos en lo que hagas.

¿Cómo está tu familia? ¿Qué podrías hacer para mejorar la relación en tu hogar? Y segundo… ¿estás reflexionando en el nivel personal? ¿Estás dispuesto a hacer los cambios en tu vida que te lleven a ser mejor? Descubramos y practiquemos lo bueno en este tiempo difícil. ¡Qué Dios te bendiga!.-