Por: Lic. Javier Alday
En esta edición, conoceremos el rol de una de las figuras más recientemente creadas dentro del sistema educativo de Córdoba. Desde el año 2009, las escuelas secundarias de la provincia comenzaron a contar con el “Coordinador de curso”, quien asume a su cargo la responsabilidad del acompañamiento pedagógico de los y las estudiantes.
Elisa Sisterna, Coordinadora de Curso del I.P.E.M. 206 “Fernando Fader”, nos explica
los alcances de tarea.
¿Qué implicancias tiene el acompañamiento pedagógico de los estudiantes?
El rol del coordinador/a de curso consiste en el acompañamiento de la trayectoria escolar, desarrollando acciones y estrategias tendientes a mejorar y/o potenciar los procesos de aprendizaje y socialización de los estudiantes y, a la vez, promover el “oficio de estudiante”. Se trabaja en corresponsabilidad con el equipo directivo, preceptores y docentes. Esta función se desarrolla desde cuatro ejes que atraviesan toda la práctica educativa: el acompañamiento al estudiante en su trayectoria personal, el acompañamiento al curso en tanto grupo de aprendizaje, el trabajo en articulación pedagógica con los docentes, y el trabajo con las familias. Este rol se crea a partir de la crisis que ha sufrido y está sufriendo el sistema educativo, principalmente en instituciones estales, en relación a los altos índices de deserción escolar, altos niveles de repitencia, o estudiantes con sobre-edad. Estas son las causas principales por las una escuela necesite del rol del coordinador de curso. Esta realidad socioeducativa, permite pensarnos a los educadores como agentes del Estado, responsables del futuro de una mayoría de niños y jóvenes, e instaura una visión de la educación como práctica política y de militancia.
¿Cuáles son las asignaturas en las que mayor acompañamiento se necesita?
Las materias con más bajo rendimiento son, por lo general, Matemática y Lengua, sobretodo en el Ciclo Básico, al menos en esta escuela. Hay un cambio muy significativo en el traspaso de la escuela primaria a la escuela secundaria, y esto se ve reflejado en materias que requieren de conocimientos previos que sean sólidos. Más allá de lo estrictamente pedagógico, los y las estudiantes tienen realidades de vida muy disímiles entre sí, y que pueden afectar su desempeño escolar…
Más allá de lo estrictamente pedagógico, los y las estudiantes tienen realidades de vida muy disímiles entre sí, y que pueden afectar su desempeño escolar… ¿cómo se trabaja sobre eso?
Ese es el primer eje sobre el que un docente debe posicionarse cuando acompaña al estudiante en su trayecto escolar. Sabemos que lo pedagógico no puede estar separado de lo que desde la pedagogía le llamamos como “el currículum oculto”, que es el “currículum real”, independientemente de su “mala o buena base” en materia de conocimientos. Se trata de aquellos aspectos personales, familiares, socio-culturales, económicos, en donde se desarrollan nuestro jóvenes y que repercuten en su desarrollo como estudiantes. Hay realidades que favorecen al desarrollo del oficio de estudiantes y otras que no. Desde mi rol, se deben conocer esas desigualdades de antemano y elaborar estrategias de acompañamiento motivando al estudiante y estableciendo, fundamente, un vínculo afectivo y pedagógico. Por ejemplo: buscar “docentes aliados” con los cuales reforzar algunas prácticas educativas. Y como coordinadora, transmitirles que estoy a disposición absoluta de lo que ellos necesiten en la construcción de su oficio de estudiante.
¿Existen distinciones entre el Ciclo Básico y el Ciclo Orientado?
Por lo general, en el Ciclo Básico, los estudiantes tienen que “aprender a aprender”, y “aprender a habitar un nuevo espacio en tanto estudiantes”; es decir, aprender no solo a estudiar, sino también el funcionamiento de la escuela con sus normas, reglas, pautas, etc. Por ejemplo: los primeros años tienen un periodo de Ambientación, en donde se les enseñan algunas cuestiones en relación a técnicas de estudio y, por otro lado, actividades junto a las preceptoras de socialización y convivencia.
¿Cuál debería ser el rol de las familias, en cuanto al acompañamiento de sus hijos?
Todas las familias deberían ser nuestras “principales aliadas”. La escuela no puede trabajar sola, necesariamente debe hacerlo en articulación con la familia. Lo que sucede es que hay familias que no están tan comprometidas con la escuela y eso es una gran traba. Desde mi rol junto al equipo directivo y preceptores, convocamos permanentemente a las familias a involucrarse, es una tarea de mucha persistencia.