Cuando Guz llegó a la Argentina, no imaginaba que terminaría cantando cuarteto en francés ni que sus videos recorrerían miles de pantallas. Francés de origen, guitarrista y creador de contenido, encontró en la música popular cordobesa una puerta de entrada a una cultura que lo atrapó desde el primer ritmo. Hoy, sus interpretaciones de clásicos del tunga tunga traducidos a su idioma natal se multiplican en redes sociales y generan un fenómeno tan curioso como celebrado.
El flechazo fue con el cuarteto. Guz descubrió ese ritmo bien argentino durante su paso por el país y quedó fascinado por la energía, la alegría y el espíritu popular que lo atraviesa. Más allá del idioma, entendió que había algo universal en esas canciones: historias simples, emociones directas y un pulso que invita a moverse.
La idea surgió casi como un juego. Con guitarra en mano y cámara encendida, comenzó a versionar temas icónicos del cuarteto llevándolos al francés, respetando melodías y climas, pero adaptando las letras con creatividad y guiños culturales. El resultado: canciones conocidas que suenan distintas, pero conservan la esencia que las hizo populares.
Entre los temas que interpreta aparecen clásicos muy reconocidos por el público cordobés, como “Soy cordobés”, “El mismo aire”, “Muchacho de barrio” y otras canciones ligadas al cancionero popular del género. Escucharlas en francés genera sorpresa inmediata, pero también curiosidad y simpatía entre los usuarios.
Lejos de la parodia, Guz aborda el cuarteto desde el respeto. En sus interpretaciones se nota una búsqueda por comprender el espíritu del género y transmitirlo desde su propia identidad.
El cuarteto, idioma universal
Los videos comenzaron a circular con fuerza y no tardaron en llamar la atención de medios locales y seguidores del cuarteto. Comentarios que mezclan humor, orgullo y asombro se repiten: desde quienes celebran que la música cruce fronteras, hasta quienes piden nuevas canciones o sugieren próximos temas para traducir.
Lejos de la parodia, Guz aborda el cuarteto desde el respeto. En sus interpretaciones se nota una búsqueda por comprender el espíritu del género y transmitirlo desde su propia identidad. No se trata solo de traducir palabras, sino de reinterpretar una cultura musical profundamente arraigada en la identidad cordobesa.
El fenómeno también habla del momento del cuarteto, que desde hace años dejó de ser un ritmo estrictamente local para proyectarse a otros públicos, plataformas y geografías. La declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad reforzó ese proceso, y casos como el de Guz confirman su alcance global.
Guz llegó a Argentina y se enamoró de la cultura cordobesa y del cuarteto. Entre los temas que interpreta aparecen clásicos muy reconocidos por el público cordobés, como “Soy cordobés”, “El mismo aire”, “Muchacho de barrio” y otras canciones ligadas al cancionero popular del género.
En redes sociales, el francés comparte fragmentos musicales, ensayos y reacciones, y dialoga con seguidores argentinos que lo alientan a seguir explorando el género. Cada nuevo video suma reproducciones y consolida una comunidad que celebra este cruce cultural inesperado.
Más que un simple contenido viral, la propuesta de Guz funciona como un puente: un europeo que llega a la Argentina, descubre el cuarteto, se enamora de la cultura cordobesa y decide expresarlo desde su propio idioma. Una prueba más de que la música popular, cuando es genuina, no entiende de fronteras.

Así, entre guitarras, acento francés y ritmo bien argentino, el cuarteto suma un capítulo nuevo a su historia: el de un extranjero que lo escuchó, lo sintió y decidió cantarlo, demostrando que el tunga tunga también puede hablar otros idiomas.
Más info: El Guz





