Marcelo Paglietta y su clínica de sillas que vuelve a dar vida al pasado

En B° Altos de San Martín, un carpintero y ebanista reconstruye memorias familiares y piezas únicas que vuelven a contar su historia. Dos décadas de oficio, dedicación, y un amor intacto por la madera que nunca deja de sorprenderlo.

Los días en B° Altos de San Martín tienen un aroma particular en el taller de MarceloPaglietta: mezcla de madera, historia y paciencia. Él, con 56 años, lleva la mitad de su vida siguiendo un mismo propósito: devolver vida a las sillas que otros creían perdidas.Su vínculo con la madera comenzó en la Escuela de Oficios que funcionaba en la Lino Enea Spilimbergo. Allí descubrió la Tecnicatura en Ebanistería y entendió que ese sería su camino. “Siempre me gustó la madera y todas las posibilidades que ella brinda”, recuerda hoy.

En el inicio del siglo, publicó en EXPRESIÓN NORTE su primer aviso bajo el nombre “Atrapasueños”: enmarcaciones y restauración de muebles. Tenía algunas máquinas, tiempo en casa y una gran motivación. Entonces llegaron las primeras sillas… y con ellas, una historia que ya lleva 20 años.

Muchas aparecían en estado deplorable: quebradas, descascaradas, vencidas. Pero sus dueños llegaban con un brillo emocional en los ojos: eran de una abuela, un padre, un ser querido. Fue ahí cuando Marcelo cambió el nombre del emprendimiento: las sillas no sólo se arreglaban, revivían. Su taller se transformó en una verdadera clínica.

“Es fascinante ver cómo se transforman poco a poco y cómo los clientes se sorprenden cuando vienen a retirarlas”, cuenta. El proceso no es sólo manual: implica historia, respeto y escucha. Cada pieza tiene su pasado y él busca honrarlo.

“Las tareas más frecuentes van desde ajustar, retapizar o decapar, hasta devolverles el tono original de la madera”, explica.

“Es fascinante ver cómo las sillas que me traen a reparar o restaurar se transforman poco a poco y cómo los clientes se sorprenden cuando vienen a retirarlas”

Y aunque la tecnología avanzó, este Artesano de la Madera se mantiene fiel a los
materiales clásicos: cola de carpintero de calidad, prensas, lijas, lustre… y mucha observación para elegir el producto correcto que la madera necesita.

El tiempo le enseñó que su oficio no es solo restaurar muebles: es reconstruir vínculos. En cada silla devuelve más que forma y brillo: devuelve la posibilidad de seguir compartiendo una historia familiar.

En su pequeño taller, Marcelo demuestra que la madera tiene memoria… y que mientras existan manos como las suyas, siempre habrá una segunda oportunidad para las cosas que amamos.

Más info: Cel. 3513994641
Soldado Ruiz 2422 – B° Altos de San Martín