El sábado pasado por la tarde, una espléndida tarde con un hermoso atardecer dieron el marco ideal para que la comunidad de Santa Cecilia celebrara a su Patrona.
Comenzamos recorriendo las calles del B° Santa Cecilia con la imagen de Santa Cecilia. A nuestro paso, se veían globos adornando algunas casas y gente que saludaba o aplaudía. Otras personas que tal vez no sabían de qué se trataba, al ver la imagen de Santa Cecilia se hacían la señal de la Cruz. Un momento especial compartimos en la Residencia Geriátrica Santa Cecilia, donde estaban las abuelas esperándonos sentadas afuera con carteles que había preparado. Allí nos detuvimos para hacer una oración.
Luego compartimos la Misa en la Capilla Santa Cecilia, que de acuerdo a las normas del protocolo sanitario, por las dimensiones que tiene, sólo pudo contar con la presencia de un número pequeño de personas. Fue una celebración hermosa donde se pudo ver cómo la fe le hace bien a la gente. Como cura, te das cuenta que el encuentro, el rezar juntos y el celebrar le hace mucho bien a la gente, le renueva la esperanza, eso uno lo ve…
Y mirando a Santa Cecilia, Patrona de la Música, yo les decía que pensáramos en quiénes son esas personas que son un canto a la vida. Y me decían: hay personas que luchan pero que están alegres, personas que aman muchísimo, personas que se esfuerzan y brindan lo mejor de sí, todos ellos son un canto a la vida. Qué lindo! Porque la canción y el canto nos hacen bien siempre, pero especialmente cuando uno está triste o mal la música ayuda.
Estamos en un año difícil, en un tiempo difícil, entonces ¡qué lindas y necesarias son esas personas que son un canto a la vida! Y hay muchas, como el que saluda amablemente en la calle, el que cede el paso con una sonrisa cuando va manejando, el que está dispuesto a darte una mano, el que comparte sus dones con los otros, el que ayuda al que está enfermo, al que sufre, al que tiene necesidades; también los niños, o las personas más frágiles, o aquellas que habiendo sufrido no tienen resentimiento en su corazón. ¡Cuántas personas que son un canto a la vida y que tanto bien nos hacen!
Ojalá que nosotros podamos ser también un canto a la vida, porque si algo hace falta en este tiempo es música. No sólo la música que escuchamos en un aparato que la reproduce, sino LA MÚSICA DE LAS BUENAS PERSONAS QUE ESTÁN EN LA CALLE, ENTRE NOSOTROS, Y QUE SON MUCHÍSIMAS.