Dionisia Guzmán es jubilada, vive en B° Ciudadela de la capital cordobesa y el pasado lunes 9 de octubre egresó como psicológa a los 87 años en la Universidad Nacional de Córdoba, justo el día de su cumpleaños.
Hizo la primaria a los 61 años, luego se enfermó su esposo y abandonó. A los 73 años retomó los estudios y terminó el secundario. en el Centro Educativo de Nivel Medio para Adultos (C.E.N.M.A 125).
Tiene tres hijos, siete nietos y dos bisnietos y al terminar sus estudios decidió psicología para ayudar a superar a los demás sus problemas.
Realizó el Curso de Nivelación para Psicología en 2013 a los 76 años y este año, pudo finalizar su carrera recibiéndose como profesional.
“Siempre estuve segura de que quería ser Psicóloga”
El pasado lunes, en el mismo día de su cumpleaños número 87, Dionisia Guzmán rindió su trabajo final de la Licenciatura en Psicología acompañada por su familia y compañeros/as de cursada.
“De niña no pude estudiar pero siempre quise hacerlo, así que lo fuí haciendo de a poquito, en la medida de mis posibilidades. Siempre estuve segura de que quería estudiar mis estudios secundarios y recibirme de Psicóloga. Sabía que era difícil pero Dios siempre te da el tiempo para hacerlo y pude hacer realidad mi sueño”, aseguró la flamante Psicóloga de B° Ciudadela.
Sobre su relación con sus compañeros de curso y profesores, la “Dioni” señaló: “Con mis compañeros tuve una relación hermosa, siempre me apoyaron y me hicieron sentir una más. Los Profesores también me aceptaron y ayudaron siempre… Soy una agradecida“.
Su próxima meta…
“Quise estudiar Psicología porque siempre me pareció una carrera muy importante. Me entusiasmó mucho estudiar la mente para conocer en profundidad a las personas. Me gusta la psicología social. Mi sueño es poder ayudar a los demás para que puedan superar sus problemas. Ahora quiero poner mi propio Consultorio y atender a mis pacientes con la ética profesional como corresponde. Quiero serle útil a la sociedad. No me interesa el dinero de las terapias pero sí ayudar a las personas que se sienten mal o tienen sus traumas, quiero mejorar su salud y su estilo de vida”, expresó la jubilada, para luego dejar un mensaje a toda la sociedad: “Hay que vivir hasta el último momento de nuestras vidas, soñar siempre, tener metas y nunca darse por vencido”.
Con este logro, la querida Dionisia demuestra que nunca es tarde para seguir aprendiendo y creciendo. Gracias “Dioni” por demostrarle a toda una comunidad de diferentes generaciones de estudiantes que cuando hay voluntad y dedicación, tarde o temprano todo se consigue.-