Alfonso Valadez brindará un taller de puntillismo en Córdoba

El reconocido artista visual mexicano compartirá un breve taller de puntillismo en la escuela del artista cordobés Rafael Céliz. Una técnica única y original que nos invita a descubrir un mundo donde cada punto cuenta una historia

 

La búsqueda del artista es constante y cada uno encuentra su propio camino, su propia voz y técnica. Cada técnica cuenta una historia y cada punto la conforma. El puntillismo se destaca como una forma de expresión meticulosa y cautivadora, una terapia del arte, una forma de vida.

Este estilo, que utiliza pequeños puntos para formar imágenes, ha encontrado en Alfonso Valadez a un apasionado y talentoso embajador. Con una visión única transforma hojas blancas en paisajes, animales, personas, momentos, sensaciones y recuerdos que invitan al espectador a sumergirse en un universo visual lleno de matices y emociones.

Expresión Norte dialogó con Alfonso Valadez, artista visual mexicano que brindará un breve taller de puntillismo en la escuela de Rafael Céliz, para conocer a fondo su obra:

¿Cuándo fue tu acercamiento al arte?

Desde muy pequeño. Creo que durante mi infancia el dibujo se convirtió en mi forma más importante de expresión. Comencé con lápiz, haciendo las caricaturas clásicas de aquellos años, y participaba en todos los concursos de dibujo de la escuela, lo que me permitió explorar una gran variedad de temáticas y técnicas de dibujo. Era una actividad que disfrutaba profundamente, sin imaginar que con el tiempo se convertiría en una parte fundamental de mi vida.

¿Cómo comenzaste a trabajar con la técnica del puntillismo?

Mi primer acercamiento al puntillismo fue en 2019, mientras me preparaba para abrir un estudio de tatuaje. Aunque ese proyecto no se concretó, durante las prácticas descubrí esta técnica que me atrapó por completo. Fue hasta 2024 que decidí retomarla de manera más formal, ahora sobre papel y otros soportes, como una forma de reconectar con el arte desde un lugar mucho más introspectivo. El puntillismo refleja perfectamente una narrativa que me representa: cada experiencia, por pequeña que parezca, construye lo que somos. Así también, en esta técnica, cada punto tiene un lugar y sentido único; sin uno solo, la obra pierde su totalidad.

“El puntillismo más que una técnica es una linda experiencia, es aprender a ver el mundo de otra manera”

¿Qué materiales utilizas para realizar tus obras?

Principalmente utilizo papel de mediano y alto gramaje, especialmente papel Fabriano, que suele usarse para acuarela. Su textura y resistencia me permiten trabajar con tinta sin que esta se derrame o distorsione. Utilizo fibras o marcadores de diferentes grosores, buscando siempre un equilibrio entre precisión, control y durabilidad, ya que muchas de mis obras requieren largas jornadas de trabajo detallado.

¿Cómo es tu proceso creativo?

Generalmente comienza con la observación: me gusta contemplar la forma y los detalles de lo que quiero representar, siempre buscando darle prioridad a las texturas y el sombreado. Suelo hacer bocetos previos donde estudio las proporciones y una vez que defino la idea, comienzo el trabajo punto por punto, en un proceso lento, pero profundamente meditativo.

“Cada cicatriz, cada lección, cada caída es solo un punto y seguido en el lienzo de nuestras historias. Puede que no lo entendamos en el momento, pero con el tiempo todo cobra sentido. Respeto cada punto, porque sé que cada uno de ellos me está llevando a encontrar mi mejor versión”

En otras ocasiones, mi proceso creativo nace de un pensamiento o reflexión que escribo, y después intento traducirlo en una imagen. Y también sucede al revés, hago un dibujo y luego surge un texto que lo complementa. Me interesa que la obra visual y la palabra se encuentren, creando un diálogo que enriquezca la experiencia de quien mira mi obra.

¿Cuánto tiempo te lleva completar una obra?

Depende del tamaño y del nivel de detalle. Tengo piezas pequeñas que me llevan unas dos horas, solo en el proceso de punteado, y que contienen entre 1,000 y 2,000 puntos. En cambio, otras obras más complejas pueden llevarme entre 10 y 20 horas, y pueden tener a veces hasta más de 30,000 puntos.

Hay algunas obras que he empezado a trazar y que son más complejas y que estoy seguro que por su tamaño me llevarán incluso semanas poderlas terminar, es un lindo proceso, pero eso sí, el puntillismo no tiene atajos, se construye con mucha paciencia.

¿Tenés alguna rutina o ritual que sigas antes de comenzar a trabajar?

Sí. Me gusta crear un ambiente tranquilo antes de comenzar. Generalmente ordeno mi lugar, preparo mis materiales, ajusto la iluminación del espacio y coloco música, de todo tipo. Todo esto me ayuda a entrar en un estado de enfoque. Es como una especie de meditación previa. Para mí, no se trata solo de producir una imagen, sino de conectar con lo que quiero expresar, y ese pequeño ritual me permite entrar en ese estado creativo.

¿Qué artistas han influido en el desarrollo de tu identidad como artista?

Dos pintores que me encantan son Claude Monet y Rembrandt. Monet, por su manera de capturar la luz, el entorno y los matices de la naturaleza desde una sensibilidad muy particular, es increíble lo que logra con trazos tan simples.

Rembrandt, por otro lado, me impactó por sus retratos y ese dominio impresionante de la luz en sus claroscuros y la profundidad emocional de sus obras. Ambos me inspiran desde lugares distintos: uno desde lo etéreo y la naturaleza, y el otro desde lo humano y lo íntimo.

Y hablando de la identidad de mi trabajo como puntillista, cada una de mis obras va acompañada de un pensamiento, reflexión o frase, escrita o narrada, que busca complementar la experiencia visual. No solo me interesa lo que se ve, sino también lo que se siente o se puede meditar a partir de la imagen. Para mí, el arte también es palabra y mensaje, y esa unión creo que potencia el impacto emocional de cada una de mis piezas.

¿En qué proyectos a futuro te encontrás trabajando?

Actualmente estoy desarrollando una serie de obras pequeñas con puntillismo, buscando consolidar un estilo propio. A la par, uno de los proyectos que más me entusiasma es la creación de obras in situ, a través de pequeñas obras o murales en lugares donde la naturaleza y la ciudad conviven, como plazas, parques o espacios culturales abiertos, con el objetivo de llevar el arte a las personas, fuera de los muros de una galería y de las redes sociales. Sigo con la idea de que el arte debe estar al alcance de todos, y si puede conectar con el entorno y con las emociones de quien lo ve, entonces ya ha cumplido su propósito.

Fotos: Gentileza @elpuntillista

Más info: @elpuntillista

@tallerdedibujo.rafaelceliz

@rafael_celiz

Por Ale Galvaliz