Matias Giorgetti, flamante dueño de Ferreterías Giorgetti, incursionó en este rubro hace poco más de cuatro meses, sin poseer experiencia alguna. La vocación por realizar arreglos en su hogar y tareas de mantenimiento le guiaron hasta su nueva vocación.
“tenía un dinero ahorrado y decidimos invertirlo en esta
Ferretería. Un amigo personal, que tiene una distribuidora de electricidad, me dijo que este rubro funciona muy bien”, contó Matías, además agregó: “Ese aliento fue el empujón final para que me anime a emprender este camino”.
Su labor gastronómica comenzó a los 21 años de edad, practicamente “toda una vida”. Respecto a sus inicios, Giorgetti recordó: “Comencé a trabajar en hoteles, salones de fiesta y bares desde joven. Al poco tiempo me contrataron de una empresa cordobesa muy importante en este rubro y allí trabajé durante dos años, hasta que comenzó la pandemia. En ese mes de marzo, teníamos todos los fines de semana reservados hasta fin de año, pero se cayó todo”
“Estoy orgulloso de haber sido cocinero, pero la verdad es que el rubro no daba para más”
Con la caída de los eventos a comienzos de la pandemia, y sumado al nacimiento de su hijo, Matías se vio en la obligación de salir adelante y reinventarse. Logrando remodelar la cochera de su hogar, instaló una pizzería, a la que después agregó pastas caseras, lomitos y hamburguesas.
“La pandemia se extendió y despertó cocineros por todos lados y ese
rubro se saturó de competencia. Estoy orgulloso de haber sido cocinero; pero la verdad es que no daba para más”, se lamenta Giorgetti.
Ya con el cierre de la pizzeria, nuevamente debió ponerle el pecho a la situación y salir adelante. “Todo el mundo me preguntaba qué podía saber yo de ferretería… y la verdad, es que no sé dónde se estudia para ser ferretero, porque me gustaría hacerlo. En realidad, esto se aprende día a día, en la misma práctica”, recuerda con emoción Matías, una vez más incursionando para poder subsistir.
Un nuevo comienzo
“Recibí mucho apoyo de mi señora y mi familia; eso fue totalmente fundamental. Cuando era cocinero, vivía cansado y muchas veces
de mal humor, por lo que también requerí del auto convencimiento que la etapa de gastronomía debía cerrarse”, contó el flamante ferretero.
La vocación por la buena atención es una de las claves en Ferreterías Giorgetti, ya que “siempre me gustó ese trato personalizado que yo intento dar ahora”. Así como Matías pudo lograrlo, cambiar el rumbo y comenzar de nuevo no es imposible, Giorgetti demostró que frente a la incertidumbre debemos creer en nostros mismos.