El apego: ¿Afecta o no influye en la crianza de nuestros hijos?

¡Hola Familia! Es un gusto saludarlos y poder acompañarlos desde este espacio en temas que hoy en día nos preocupan a todos, estamos hablando de la crianza y el ámbito familiar; sabemos que son tiempos difíciles donde la información abunda y muchas veces internalizamos conceptos o modalidades erróneas las cuales incorporamos en el día a día sin saber más de ellas.

Por: Virginia Fernández
(Docente y Orientadora familiar)

Hoy quiero contarles de un término que se ha escuchado mucho en este último tiempo, el apego; este término en muchas ocasiones es mal utilizado, por ejemplo: podemos escuchar: “estoy criando con apego”. Vamos entonces a definirlo de una manera sencilla y luego esto nos hará reflexionar. El apego es la relación afectiva que existe entre dos personas, comienza siempre entre los padres e hijos y primeramente desde el embarazo pero se diferencia de otro tipo de relaciones ya que tiene características específicas que la hacen diferente, veamos: le permite al niño desarrollar su seguridad y esa seguridad lo ayudará a enfrentarse al mundo, tiene una motivación biológica (es una necesidad de la relación del bebé con el adulto que lo protege), necesita un tiempo para desarrollarse (7-8 meses en el bebé y 1 año en el caso de dos adultos), debe ser estable en el tiempo (no puede existir quiebres en una relación). Los elementos que se utilizan para poder regular el apego son: el contacto físico donde un bebé recibe el contacto para calmarse; el contacto visual: miradas que se producen entre los padres y el niño; vocalizaciones como cantos, palabras, comentarios; la afectividad: todo lo nombrado anteriormente por supuesto debe ser en tono afectivo.

TIPOS DE APEGO:

Entonces ahora veamos que siempre está el apego, ¿por qué? Porque todo ser humano nace y se cría con un adulto, en la situación que fuere, ¿de qué forma?… Veamos:

Apego seguro: es una relación saludable y positiva entre el niño y quien esté a cargo de él, está protegido, amado y cuidado brindando consuelo y apoyo emocional, esto les proporciona a ellos una base sólida para el mundo.

Apego seguro evitante: La persona al cuidado del niño se muestra con indiferencia, frialdad; también con una expresión de angustia, de temor o apática, en definitiva, el contacto hacia el bebé o niño es poco, y muchas veces es un contacto automático.

Apego seguro ambivalente: se da en la relación de sobreestimulación, es una relación afectiva exagerada y el cuidador está encima todo el tiempo, se intenta calmar al bebé con muchos elementos innecesarios pasando a un nerviosismo que entremezcla indiferencia y frialdad; esto lleva a un niño que es reacio al contacto y muchas veces reacciona con agresividad.

Apego desorganizado: El cuidador es totalmente frío e indiferente, muchas veces ejerce violencia física o psicológica.

Tener hijos y más en estos tiempos, conlleva tiempo, estabilidad, relaciones sanas y
tolerancia, también tenemos que hablar de empatía hacia el niño, niña o adolescente. Para finalizar quiero dejarles como pensamiento que la crianza va a tener en el niño un impacto emocional, social y cognitivo. ¡Gracias por leerme!

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