El 22 de enero de 2015, Pablo Giesenow sufrió un accidente de auto que le significó perder parte de sus dos piernas, desde las rodillas hacia abajo. Tiene 43 años, trabaja en un estudio de abogados y es Director de protección de derechos de personas con Discapacidad de Córdoba. Hasta el accidente, jugaba al fútbol por hobby y salía a correr de vez en cuando; desde que sufrió la doble amputación entrena intensamente. Comenzó en el gimnasio para fortalecer el tronco superior de manera de poder usar las prótesis. Su recuperación le permitió saltarse la etapa del andador y el bastón. A los siete meses de la cirugía, y luego de estar en sillas de ruedas, ya se paró sobre las piernas ortopédicas.
“Desde siempre cuando me decían no vas a poder era como que me desafiaban”, reveló este “Campeón” de la fuerza de voluntad. En vez de mirar para atrás, él puso los ojos y la mente en el futuro. Tanto esfuerzo se tradujo en poder salir caminando con las prótesis el primer día en que se las probó. En 2018, hizo cumbre en el Aconcagua, ni más ni menos. Increíble pero real.
El pasado miércoles 27 de mayo, Pablo brindó una charla emocionante de más de 2 horas a los jugadores de básquet, voley y básquet adaptado, dirigentes y familias del Club Poeta Lugones. “Quieren que los motive, que les diga cómo hago. Nada especial: tengo sueños y trabajo para cumplirlos”, tiró este verdadero ejemplo de vida, lucha y superación.
Mente entretenida, cuerpo cansado
“El hecho de haber realizado deporte amateur antes del accidente, condicionó de tal forma mi cuerpo y me ayudó a recuperarme (perdió casi 4 litros de sangre y estuvo siempre consciente)”, comentó Pablo, para luego resaltar: “El deporte ayuda para desafiarse, para tener más voluntad, para superar obstáculos, para tomar decisiones, para ser solidario, para fortalecerse física y mentalmente, para transmitir valores, para lograr objetivos y autosuperarse, para aprender a trabajar en equipo y para muchas cosas más… Siempre digo: Mente entretenida, cuerpo cansado. Porque es importante mantener la mente ocupada con lo cotidiano, el trabajo, el estudio, la vida familiar, lo social, el deporte… Yo llegaba tan cansado de las exigencias diarias que no me daba tiempo para deprimirme y sabía que tenía que descansar para recuperarme y seguir al otro día”.
Mucho más que logros deportivos
Con las prótesis adaptadas, Pablo comenzó a desplazarse primero caminando, luego corriendo y luego consiguió unas prótesis deportivas que le permitieron correr una gran cantidad de maratones por todo el país, volvió a jugar al futbol como arquero, se animó a andar en bicicleta, comenzó a jugar al tenis con prótesis, practica la natación y el kayak, hizo cumbre en el Aconcagua junto a reconocidos deportistas nacionales, escaló el Cerro Champaquí y algunas más sin que nada lo detenga, impulsado solamente por su fuerza de voluntad como el mismo se encarga de aclarar.
“Todos tenemos nuestro propio Aconcagua y nuestra propia cumbre… Solo hay que animarse a luchar por nuestros sueños con dedicación, esfuerzo y determinación”, remarcó.
“Nunca me pregunté por qué a mí”
“Nunca me pregunté por qué a mí. No perdí el tiempo en eso. Preferí vivir desde ese lugar sin mirar atrás. Cuando aceptamos lo que nos pasó nuestra vida comienza a cambiar inmediatamente, hay que aceptar las cosas que no podemos cambiar y trabajar para lograr las que si podemos”, aseguró Giesenow, para luego referirse al éxito: “El éxito está en hacer bien las cosas que nos hacen bien”.
“Para mí, cada encuentro, cada charla sobre lo que me pasó y mi historia de vida, cada compartir mis experiencias… son medallas que atesoro cómo una forma de agradecimiento al cariño que recibo”, cerró la charla Pablo, con toda su humildad, dejando miles de enseñanzas, reflexiones y ejemplos de lucha y superación.