¿Cómo comenzó tu carrera de Periodista?
Siempre soñé con ser periodista, aunque en mi familia no había ninguno. Mi padre carpintero, mi madre ama de casa, no sabían de libros, pero sí de valores, y eso fue lo más importante en mi vida. Me enseñaron el valor del trabajo y el de la honestidad. Esos dos valores son los que llevo como estandarte en mi carrera. Empecé a los 18 en la radio de la escuela, gracias a la oportunidad que me dio el rector de la escuela de periodismo Obispo Trejo y Sanabria (hoy Colegio Universitario de Periodismo), Miguel Pérez Gaudio. Apenas recibida de Periodista Profesional y Locutora Nacional del Iser, fui a un casting que se hacía en canal 10. En realidad, iba a acompañar a una amiga y yo no estaba tan segura. Aparte, no me veía en la tele, más bien me veía en radio o de redactora en un diario. Mientras pasaban las pruebas de ese casting, iba quedando, y así hasta que, sin darme cuenta, fui seleccionada entre 100 chicas para conducir un programa magazine o el noticiero. Me incliné por el magazine Buen Día Córdoba, el primer programa mañanero que le competiría a la radio. Era allá por los 90, cuando yo tenía 21 años…
Y en Canal 8, ¿cuándo comenzaste?
Después de esa primera experiencia en TV seguí mi camino por un programa de salud, otro en cable, hasta que me quedé sin trabajo, y otra vez me llamaron de un medio. Esta vez fue José Luis Valle (ex Jefe de Informativo de “Teleocho Noticias”), otro de esos “ángeles” que se presenta cuando parece todo muy negro. Él había sido mi profesor, y me ofreció trabajo. Cuando yo entré a Canal 8, no había segunda edición. José Luis me dice que necesitaba una productora y empecé a hacer producción, después me dice que voy a hacer notas, y a las 2 semanas me dicen que iba a ser la conductora de una segunda edición. Entonces me hicieron una prueba con el gerente de Buenos Aires y quedé, asique inauguré esa segunda edición. Arranqué en el noticiero de Canal 8 cuando se llamaba Teleocho Noticias. Desde ese día, pasaron 22 años y siempre estoy agradecida.
¿Cuáles son los desafíos, los pros y contras de tu trabajo en la TV
Esta profesión, como decía el gran Gabriel García Márquez, es la mejor profesión del mundo. Está llena de vaivenes, mucho sacrificio y grandes decepciones, como así también, grandes satisfacciones como el cariño y el respeto de la gente. Siento que soy una afortunada, siempre tuve una familia que entendió mi profesión: mis hijos Juli y Juan y mi marido, Luchi Ybañez (que también es periodista), siempre me apoyaron para que pudiera hacer lo que más me gusta.
¿Qué aprendizajes te dejaron estos más de 20 años en el medio?
¿Que aprendí? A no creérmela, a respetar a mis pares y a quienes ya hicieron un camino y a los más jóvenes… ¡De todos aprendo! Y, especialmente, a escuchar a la gente. Sé que esa es mi misión y, si podemos, ser el puente para que la solución a sus problemas le llegue. La pandemia nos cambió la vida a todos. Y la gente nos buscó como el lugar seguro donde encontrar información, mostrarse, contarnos sus angustias y nosotros contenerlos a través de la pantalla. Juntos vivimos y conocimos historias increíbles.
¿Qué recuerdos tenés de tu vida en B° Poeta Lugones?
¡Los mejores! Allí vivimos con mi familia desde el año ’99 hasta el 2006. Vivíamos sobre la calle Baravino. Extrañamos mucho el barrio. Fue nuestra primera casa y vimos como fue creciendo el sector de manera increíble. Fue una etapa muy linda.