Luciana “Lucha” Reartes tiene 28 años, vive en Embalse de Calamuchita y junto a su compañero de ruta Benjamín está construyendo una casa reciclada en Amboy (localidad cordobesa ubicada a 115 km de la capital provincial).
“Mi ocupación es producir productos caseros: alimentos, pan, mermeladas y queso tofu. Recolecto hierbas serranas y especias y berro del arroyo, verduras de la quinta y producimos plantines… Es una forma de compartir un poco la vida de campo acá en el pueblo junto a “El Mono” (Benjamin)”, comentó “Lucha” en diálogo con EXPRESIÓN NORTE.
¿Cuándo surgió la idea de construir una casa “reciclada”?
La idea fue hacer una casa reciclada para recibir a todas las personas que hemos conocido recorriendo y de paso, poner en práctica los aprendizajes sobre los lugares, las construcciones y reconocer los recursos del lugar donde uno habita. Además de intensificar la relación con el medio ambiente tan separado de nosotros por el consumismo y la sociedad moderna.
Básicamente, queremos volver a las enseñanzas de nuestros ancestros que pobres y todos se levantaban su rancho. En la actualidad, para la juventud nos es difícil obtener el dinero para un terreno y para la construcción de una casa.
¿Por qué se inclinaron por este tipo de construcción sustentable y ecológica?
En la cotidianidad encontramos muchísimos materiales que son descartados y llamados basura. Si yo fuera a tu casa y tirara basura en tu patio… ¿Cómo reaccionarías? Bueno, eso hacemos en los montes, en las rutas en los cerros, en los ríos y en toda la naturaleza que es la casa de todos, no solo de los humanos, y basura que es nuestra responsabilidad como el destino que le damos. Reciclar es una forma de ver la vida y el consumo que generamos.
¿Cómo la están edificando?
La casa está armada sobre un esqueleto de acacias negras y blancas podadas peladas y perforadas a mano, ya que no hay electricidad y por lo cual aprendimos muchas más opciones y revalidamos lo artesanal. Las paredes están hechas con quincha, un esqueleto de cañas también recolectado por nosotros, y rellenas de ecoladrillos, botellas de vidrio, paja y cubiertas por un grueso de tierra y paja. Nos falta cuatro para cerrar los 64 m2 que tiene la casa y el fino de arcilla que también vamos a recolectar al igual que la tierra y la arena que usamos. Las ventanas y las puertas fueron también recolectadas y restauradas por nosotros. El techo está en el proceso de cañizo, que son cañas cosidas. Después va a llevar una carpeta de arcilla, una cuadricula de cañas y champas. El terreno está marcado la mitad con alambres reciclados de otros campos y al agua la traemos de vertiente.
¿Qué otros materiales o cosas vienen usando?
En cuanto a materiales reciclados, usamos las botellas, los silos, bolsas, parabrisas de auto para ventanas, dos puertas de auto también para una ventana y aberturas… Todas son recicladas. Después, empleamos los materiales del lugar, es decir: tierra, paja, cañas, arcilla y arena.
¿Qué tiempo les está demandando?
Vamos más de 8 meses construyendo y gastamos casi 15mil pesos. Y mucha creatividad que es nuestro mayor capital. Aprendimos a camuflarnos en el monte y convivir con el entorno. Es importante darnos cuenta que no somos los únicos en nuestro planeta y que nuestras acciones, nuestros materiales tóxicos, nuestras leyes, nuestra contaminación… no tienen que perjudicar a todos los demás.
En Instagram: @lucha.16 // @espiralsol