Convocado por la Defensoría de los Derechos de niñas, niños y adolescentes, el actor Gastón Pauls pasó por la ciudad de Córdoba el pasado jueves 11 de abril y brindó una charla en el Ipem 338 Dr. Salvador Mazza de B° Marqués Anexo (Francisco Suárez 760). En dicha oportunidad dió a conocer su “difícil experiencia” con el consumo de drogas, el que adujo se extendió durante quince años.
“Esto es hermoso; mirar el cielo, caminar… Lo hago desde hace once años. El único destino para un adicto es la cárcel, el hospital o el cementerio. Pero uno no puede salir sólo”, señaló el prestigioso actor y productor, para luego agregar: “A los chicos les digo que no lo hagan. Porque no hay premios por consumo. Mi vida es esto, lo de antes no era vida. Podés hasta tener éxito en tu trabajo, pero el vacío es muy inmenso”.
La charla fue libre y gratuita, y contó con la presencia de alumnos, docentes y padres de dicha
comunidad educativa. Además, participaron de la actividad estudiantes y maestros del Ipem 8
“Manuel Reyes Reyna” de B° La France y del Ipem 20 “Rodolfo Walsh” de B° Marqués.
Los chicos pudieron hacerle consultas sobre sus experiencias personales y aclararon dudas.
“La droga te necesita esclavo” Al iniciar el evento, Pauls aclaró que a sus charlas y consejos los realiza “desde mi humilde lugar, sin bajar el dedo ni decir qué es lo que hay que hacer, recomiendo que no lo hagan. Sobre todo aquellos que están desinformados sobre lo que la droga puede hacer, porque nadie te cuenta los efectos secundarios”.
“Aquellos que hemos pasado por esto y sabemos que no tiene nada de positivo, porque la droga te lleva a tres lugares: la cárcel, un hospital o el cementerio”, aseveró el actor.
“Empecé a consumir a los 15 años. A esa edad era muy tímido, me costaba hablar y compartir
con mis amigos, con mis maestras, con mis padres lo que sentía, lo que me pasaba. No encontraba la manera de contarles el miedo que me daba vivir en un mundo en el que veía tantas cosas espantosas”, comenzó la charla el actor y productor de cine y televisión nacido en Buenos Aires, el 17 de enero de 1972. El alcohol fue la puerta de entrada al calvario, según señaló y continuó con el consumo de marihuana. Para luego seguir con la cocaína y
otras sustancias tóxicas.
“La droga te hace creer que sos Dios, que te ayuda a alejarte de lo malo, que te hace un tipo
fuerte. Es todo mentira. En realidad, es un camino que te lleva a sólo tres lugares posibles: al hospital, a la cárcel o al cementerio”, aseguró.
“Así, terminé un día donde terminamos todos los que pasamos alguna vez por esto: encerrado en mi dormitorio, solo, con la puerta trabada y la luz apagada, paranoico, sin tener a nadie con quien hablar, sintiendo que la muerte vendría a buscarme en cualquier momento”, relató. “No quiero volver nunca a ese lugar. La cocaína no te deja dormir ni soñar. Te quita la libertad porque te necesita esclavo. Por eso estoy acá”, planteó.
Tomar conciencia de lo que le pasaba, asumir su situación y aceptar que solo no podía con el
problema, lo ayudaron a “volver a la vida, conservar a la compañera que amo” y ver crecer a sus hijos de 10 y 7 años. Pudo pedir ayuda tras sufrir otro momento de desesperación y agobio, en diciembre de 2007. Poco tiempo después, ingresó a Narcóticos Anónimos para comenzar su rehabilitación, desafío por el que lucha cada día, animado por la certeza de que una vida mejor es posible.
“Poder contar mi historia y poder escuchar la historia de otras personas, me enriquece mucho. Me llevo yo mucho más que ellos. Todo esto me sigue dando la pauta de que es el camino por el que debo ir”, finalizó el carismático y talentoso actor.-
Más información: Facebook: Defensoría de las niñas, niños y adolescentes de la Provincia de Córdoba