Ismael pudo conocer a su donante de médula ósea que le salvó la vida

Con 12 años y tras dos trasplantes, el joven de Río Cuarto superó una leucemia. Tras cumplirse un año de la intervención exitosa, conoció a Diego Olguín, el "ángel mendocino" que le permitió sanarse y volver a sonreír.

Por: Lic. Ernesto “Turco” Maluf

A principios de marzo, Ismael Cardozo (12 años) pudo volver a clases después de tres años de una ardua y larga lucha contra una enfermedad, el “síndrome mielodisplásico”, un tipo de leucemia que alteraba las células de su médula y que obligó a dos trasplantes (el primero, no resultó). Su caso es único por haber superado dos trasplantes, y tras lograr recuperarse, conoció a su donante de médula: el mendocino Diego Olguín (31 años).
El tan ansiado encuentro se produjo en Buenos Aires, en el acto por los 20 años de creación del Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras que organizaron el gobierno nacional y el INCUCAI.

Encontrar una verdadera aguja en el pajar

María Eugenia Cejas, la mamá de Ismael, contó la ardua lucha que su hijo comenzó cuando apenas tenía 9 años. Transcurrido ya 3 años, un trasplante que no fue y otros dos posteriores hicieron posible que el joven con 12 años haya superado la enfermedad.
“Todo comenzó con problemas intestinales que se reiteraban. Yo lo llevaba a la pediatra en el Hospital de acá (Río Cuarto). Empezó a bajar de peso, pero a pesar de los análisis no daban con el diagnóstico. Tenía diarreas o vómitos frecuentes. Fue mucho tiempo de buscar y no encontrar respuestas”, comentó su mamá, y reveló: “En el Hospital Santísima Trinidad los médicos nos dijeron que tenía un tipo de leucemia, conocido como síndrome mielodisplásico. Una enfermedad que se suele dar en personas mayores por envejecimiento de células. Y en el caso de nuestro hijo, justamente las células eran anormales, por lo que necesitaba de forma urgente un trasplante de médula ósea. Sus tres hermanas no pudieron, ya que ninguna dio compatibilidad con él”.
“Isma” permaneció un tiempo internado, bajo duros tratamientos, de quimios de mantenimiento y permanentes transfusiones de sangre y plaquetas, a la espera de encontrar un donante compatible. Fue así que su nombre ingresa a la lista del INCUCAI.
“Las expectativas de encontrar a una persona compatible era como buscar una aguja en el pajar… De 4000 personas una puede ser compatible y con el diagnóstico de Ismael era una bomba de tiempo”, recordó María Eugenia.

¿Cómo lograron conseguir el donante?
Del 2020 hasta el 2021, Ismael pasó por bloques de quimioterapia. Ya en el 2022, el 6 de octubre, se hizo un trasplante con un donante no relacionado, el cual fracasó por el virus injerto contra huésped. Por tal motivo, permaneció en el área de aislamiento por 2 meses y 28 días. Con su cuerpo muy deteriorado y emocionalmente bajoneado, llegó la noticia de otro donante, un verdadero “Ángel”: Diego Olguin. Pasado el año del trasplante, este año le solicitamos al INCUCAI los datos del donante y hace dos meses pudieron conocerse. Primero por fotos, luego por videos y videollamadas, hasta que pudieron encontrarse personalmente en Buenos Aires, en el acto por los 20 años de creación del Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras.

¿Cómo fue ese “encuentro” tan esperado?
Fue algo increíble, cargado de emociones, amor y gratitud. No hay palabras para expresar la emoción de ambas partes, los abrazos y agradecimientos estuvieron a flor de piel. En el acto escucharon su conmovedora historia con mucha emoción. Del lado de Ismael, un gran camino de lucha, fuerza, fe y superación; y de Diego de saber y conocer a quién le salvó la vida. Si bien tuvo un equipo médico excelente del Hospital Santísima Trinidad, y del Hospital Universitario de Córdoba. También el amor que sanó muchísimas cosas fue de SOLES ONG, quienes ayudan y sostienen a los niños y padres en tratamientos largos y dolorosos. Queda resaltar esa conexión con el donante, un lazo de vida que lleva por siempre.

Después de tanto peregrinar, ¿Qué sentís como Mamá con este final feliz?
Como mamá, escuchar todo lo vivido y hoy tener la dicha de tener a Isma con resultados de quimerismo al 100 × 100 de sus células óseas del donante, esa compatibilidad llevando en 7 años de remisión (periodo de tiempo en el que el cáncer está respondiendo al tratamiento o está controlado), pero dejando a Ismael poder tener una calidad de vida de cualquier niño sano de su edad. De todo corazón le doy las gracias a su donante y a todos lo que hacen que estas cosas trasciendan para informar, concientizar, difundir y ayudar llevando la voz de quienes están en espera de un donante, algo que es desesperante; y el amor increíble del donante en dar algo que no se compra pero es fundamental para salvar la vida de alguien.

“Las expectativas de encontrar a una persona compatible era como buscar una aguja en el pajar… De 4000 personas una puede ser compatible y con el diagnóstico de Ismael era una bomba de tiempo”

El Ángel mendocino

“En el 2019 fuí a donar sangre de forma voluntaria y me inscribí en el registro de donantes de médula ósea, me informé antes de hacerlo, pero pensé que probablemente nunca fuera compatible con alguien. En septiembre del 2021 recibí un llamado del INCUCAI que era potencialmente compatible con una persona, que si estaba dispuesto comenzaba un proceso de análisis para ver la compatibilidad y mi estado de salud. No fue hasta mediados de noviembre que me confirmaron que teníamos más de un 98% de compatibilidad y podía ser el donante”, expresó Diego, el donante de “Isma”, oriundo de Godoy Cruz (Mendoza) y empleado administrativo.

¿Cómo fue el proceso de la donación?
Tuve que viajar dos veces a Buenos Aires, ya que Mendoza en ese momento no contaba con un centro de trasplante. En el primer viaje que fue para hacerme estudios clínicos y análisis en general, me contaron que mi receptor era un nene de 11 años, argentino, y esa fue toda la información que tuve hasta febrero de este año, que pude conocer a “Isma”. Ya en el segundo viaje se realizó la donación y solo me confirmaron que el trasplante se realizó con éxito. Por reglas del INCUCAI tiene que pasar al menos un año para que se liberen los datos del receptor y el donante (hay que firmar una conformidad).

¿Qué sentiste al convertirte en el “Ángel” de Ismael?
A mediados de febrero de este año recibí un llamado de un número desconocido, era María Eugenia, la mamá de Isma, me dijo que él estaba bien, que le había salvado la vida a su hijo, que no tenía palabras de agradecimiento. Fue muy emocionante, muy fuerte, en ese momento sentí que todo había valido la pena. Toda esta experiencia, haber sido donante, luego conocer a Isma, conocer su historia y su lucha, me hizo poner los pies sobre la tierra, agradecer las cosas simples y valorar que tengo buena salud, que puedo disfrutar los domingos en casa con mi familia y tomar una cerveza con amigos.

¿Qué mensaje te gustaría dejarle a la sociedad?
La realidad es que la donación es un proceso no invasivo, no doloroso, que para otra persona, significa nada más y nada menos que su vida. Desde ya espero que contar mi experiencia, mi historia, sirva para que muchas personas se animen a inscribirse en el registro de CPH (células progenitoras hematopoyéticas), los requisitos son los mismos que para donar sangre.

“La donación es un proceso no invasivo,
no doloroso, que para otra persona, significa nada másy nada menos que su vida”