Cualquier disciplina deportiva practicada en familia crea hábitos saludables, incentiva la unión y fortalece la comunicación, ya que es una oportunidad perfecta para conocerse más y mejor entre padres e hijos. Si bien en este caso, Nahuel no siguió los pasos como futbolista de su padre Cristian, sino que se calzó los guantes de boxeo, ellos comparten la misma pasión por el deporte. Y así como, “Caña” lo seguía a todos lados a su papá cuando defendía la camiseta de Talleres ó Independiente, por ejemplo. Ahora, es su papá quién sigue sus peleas y no para de alentarlo, apoyarlo y aconsejarlo.
Un Papá “Campeón”
Cristian García tiene 46 años y se desempeñó como marcador central en Talleres, donde obtuvo la Copa Conmebol 1999. Luego, militó en Independiente, Toros Neza de México, América de Cali de Colombia, Argentinos Juniors, Nueva Chicago, Quilmes y Jorge Wilstermann de Bolivia, entre otros. Hoy, trabaja en el rubro inmobiliario y acompaña a su hijo Nahuel “Cañita” García en su incursión por el deporte de los puños. “Al principio le gustó mucho el fútbol, después de grande se inclinó por el boxeo y hoy le veo más condiciones para los puños que para la pelota”, afirmó el “Flaco” García, para luego agregar: “Siempre con mi papá veíamos boxeo en familia, hoy me toca con mi hijo. Me encanta esta profesión, aprendemos juntos a desandar este camino”.
“El fútbol me dejó algunos amigos, algunas frustraciones, algunos logros, un futuro económico y muchas enseñanzas, como cualquier trabajo”, aseguró el esposo de Silvia y papá de Nahuel, Lautaro y Álvaro, para luego agregar: “Es un trabajo lindo y duro a la vez porque después te tenés que reinventar. Además, en mi caso me quitó un poco de salud corporal… ¡Te duelen todos los huesos! (risas). Me costó elaborar el duelo cuando dejé el fútbol pero hoy, estoy alejado de las canchas y me dedico a mi Familia y a un pequeño emprendimiento inmobiliario”.
“Talleres significó mucho porque me permitió crecer como jugador y como persona, y hacer una carrera dentro del fútbol. Yo le di mucho al club, me rompí todo para darle lo mejor”
(Cristian García)
Un 8 de diciembre de 1999, Talleres se consagraba campeón de la Copa Conmebol con Ricardo Gareca como director técnico, logrando así el único título de carácter internacional para el fútbol cordobés. Lógicamente, Cristian García guarda los mejores recuerdos de ese logro y de su paso por la “T”: “Fue algo increíble. Había un grupo muy bueno de personas,
sobre todo, y con un muy buen nivel de juego. Por eso se ganó ese título. En la Conmebol jugamos los 25 jugadores del plantel. Alternamos y todos aportamos algo importante. No había titulares ni suplentes, todos entrábamos y rendíamos”.
“Talleres significó mucho porque me permitió crecer como jugador y como persona, y hacer una carrera dentro del fútbol. Yo le di mucho al club, me rompí todo para darle lo mejor. Jugué en varios clubes pero acá fue donde me sentí más cómodo y mejor, sobre todo por la parte humana. En ese tiempo la situación económica del club era complicada pero había un grupo humano increíble. Me retiré a los 34 años, a los 30 me lesioné en Quilmes, estuve mucho tiempo parado y cuando volví, ya no fue lo mismo. Las lesiones me marcaron”, remarcó el zaguero de la “T” en los años ‘90.
“Peleando” por los sueños
Nahuel García es boxeador profesional, trabaja en la Área de Deportes de la Municipalidad de Villa del Totoral (Córdoba) y recibió el legado deportivo de su papá, pero cambió los botines y el fútbol, por los guantes y el ring.
“Diez años atrás más o menos, practicaba otros deportes como fútbol o tenis pero no andaba porque era muy ansioso. Entonces mi viejo me dijo que me iba a llevar a un lugar que me iban a calmar (risas) y arranqué con el Boxeo en Colonia Caroya con Miguel Perón. Me acuerdo que yendo al lugar, sin saber a dónde me metía, le dije a mi viejo que me iba a enganchar con eso y que no iba a hacer más ningún otro deporte… Y acá estoy, arrancando mi carrera profesional como Boxeador”, indicó Nahuel a sus 24 años de edad.
“Se viven muchas cosas antes durante y después de las peleas. Pero lo que más me llena de este deporte es poder ganar y compartir la alegría con mi familia”
(Nahuel García)
“Caña” boxeó durante 10 de sus 24 años, en categoría mediano. Se consagró campeón provincial amateur y defendió cinco veces el título. Además de ganar tres años seguidos el Nocaut a las drogas (2016, ’17 y ’18). Entrena en el Gimnasio “El Aguante” de B° Los Paraísos con su Profe Diego Sivori en la parte técnica, Claudio Díaz en la física, Sonia Carrizo en la nutrición y la tutela de Arano Box, ni más ni menos.
“En abril de 2019 debuté como profesional, llevo cinco combates invicto, cuatro por nocaut. Me comparo con los mejores y sé que estoy lejos, eso me motiva para enfocar me y esforzarme más, para llegar alto. Mario Arano, uno de los principales promotores de la Argentina, es quien me consigue las peleas. Dispone de 30 fechas anuales, televisadas por DirecTV y prometió que si sigo invicto 10 peleas, se puede dar la chance de pelear por el título argentino o el latino”, reveló entusiasmado el hijo del “Flaco” García.
“El Boxeo es una aventura y una película que vamos viviendo todos los que nos apasiona esto. Se viven muchas cosas antes durante y después de las peleas. Pero lo que más me llena de este deporte es poder ganar y compartir la alegría con mi familia. No paro nunca de intentar ser mejor. El proyecto con mi Profe Diego Sivori es llegar alto pero vamos paso a paso no hay que volar mucho todavía”, sostuvo “Cañita”.
La pandemia por coronavirus le modificó los planes, como a la inmensa mayoría. De todos modos, se esfuerza a diario en esta cuarentena: “Hay gente que me apoya para seguir entrenando como siempre. Me las rebusco en casa, con elementos básicos, pero me mantengo. Nunca paré de entrenar y es gracias al acompañamientos de mis padres y mi cuerpo técnico”.
“Le tengo mucha fe”
“A Nahuel le inculco que tiene que ser cuidadoso tanto en la comida como en el descanso, la cabeza es la que decide en el ring. Entrenar la parte táctica de manera simple. Veo mucha lealtad en este deporte, no tanto en el fútbol”, señaló Papá Cristian, y añadió: “Hasta ahora no sufro tanto sus peleas. Le tengo mucha fe, lo critico de manera constructiva y lo ayudo en lo que puedo. Soy muy objetivo en el deporte y aporto y sumo desde mi experiencia. Le deseo lo mejor y que se haga el camino al andar. Para mí, es un buen proyecto como boxeador”.
Ahora bien, cómo se considera el “Flaco” o “la Garza” (así le decían en el verde césped) como Papá: “Creo que soy buen padre, amigo de mis hijos o al menos, trato de serlo y esforzarme día a día. A mis hijos les trasmito humildad, que sean sencillos, simples y agradecidos; les inculco la cultura del esfuerzo y que luchen por sus sueños y por ser rebeldes a este sistema de vida del consumismo”.
“A mis hijos les trasmito humildad, que sean sencillos, simples y agradecidos; les inculco la cultura del esfuerzo y que luchen por sus sueños y por ser rebeldes a este sistema de vida del consumismo”
(Cristian García)
“Me pone los pies sobre la tierra”
“Tengo muchos recuerdos de mi viejo como jugador. Yo era chico, pero viví su mejor etapa de futbolista. Me gusta repasar su carrera o volver a ver partidos, mirar fotos o entrevistas y a veces subo sus videos jugando o haciendo goles”, manifestó orgulloso Nahuel.
“Como hijo trato de ser lo más útil que pueda para mis viejos. Las mejores enseñanzas que me dejó mi papá es que todos somos iguales, nadie es más que nadie, que ser humilde te abre puertas, y que siempre le pida a Dios que me guíe”, afirmó el pugilista radicado en Villa del Totoral, para luego indicar: “Mi viejo me da críticas constructivas para mejorar y siempre me pone los pies sobre la tierra. Me apoya muchísimo”.
Por último y desde lo más profundo del corazón, le dedicó unas palabras: “¿Qué le diría en este día del padre? Nada que no sepa… Tengo la dicha de tenerlo como padre, estoy muy orgulloso de ser su hijo. Lo amo con todo mi corazón, y agradezco a Dios de tenerlo, porque gracias a él soy la persona que soy”.
“Tengo la dicha de tenerlo como padre, estoy muy orgulloso de ser su hijo. Lo amo con todo mi corazón, y agradezco a Dios de tenerlo, porque gracias a él soy la persona que soy”
(Nahuel García)