Palomar, el apellido del básquet en el club Matienzo

Agustín es el entrenador más joven en recibirse como nivel 3 federal, su papá fue presidente del club y su hermano juega en la categoría U-19. En esta nota, dialogamos con Agustín sobre sus primeras experiencias como entrenador, el vínculo de identidad con Matienzo y el amor de su familia por el club.

Por Tobías Ochoa

Agustín Palomar es uno de los entrenadores más jovenes en el básquet cordobes, realizando una gran parte de su carrera como jugador y entrenador en la institución de barrio Villa Cabrera. Su familia tiene una amplia trayectoria junto al club.

Los inicios de Agustín fueron en la categoría sub 13, iniciando gracias a que sus amigos lo invitaron a jugar. Llegando hasta la reserva del club, Palomar declinó por seguir jugando debido a “falta de condiciones físicas y técnicas” para realizar las jugadas. “Entendía mucho el juego pero no podía responder de la manera adecuada”, comentó Agustín.

Respecto al paso de su padre, se lo atribuyó como un período “tanto de incomodidad como de responsabilidad”, ya que dejó de ser “un chico más” en el club.

“Mi inicio fue bastante atípico”

Sus inicios fueron junto a los planteles de sub 17 y primera división, realizando un destacable trabajo en conjunto al cuerpo técnico. “Los primeros años me tocaba dirigir chicos con los que había jugado o entrenado, siempre me respetaron pero tuve claro que hay que marcar una distancia. También realicé trabajos de análisis y táctica”, destacó el actual entrenador de la reserva de Matienzo.

Previo al inicio de la pandemia por Covid-19, Agustín tuvo un notable paso por el torneo federal, desempeñandosé en el club Peñarol de Rosario del Tala. Respecto a su primer experiencia fuera de córdoba, Agustín destacó: “Fue una experiencia de profesionalismo que fue muy lindo haberla vivido, el federal de la liga de Entre Ríos es bastante fuerte, jugamos contra clubes como Olimpia de Paraná o Regatas de Concepción”.

“Tuvimos la mala suerte de perder el clásico contra Atlético del Tala, ese equipo se caracterizaba por ser fuerte de local y no ganar de visitante, justo a nosotros nos ganó. De 10 partidos que dirigí, ganamos ocho y perdimos dos, fui con el objetivo de salvarnos del descenso y cumplí, agregó.

La situación del básquet cordobes

El ajustado calendario es la principal problemática en nuestra provincia, factores como “pretemporadas cortas” y “poco tiempo para enseñarle a los chicos en las prácticas” son algunas de las situaciones que ponen en jaque.

“Tenemos un déficit muy grande en infraestructura, esto repercute de forma negativa a la hora de realizar la pratica. Hay demasiados partidos, por ejemplo, un chico que tiene edad de sub 17, cuando empieza en la primera y demás categorías mayores termina jugando 100 partidos por año, un montón”, argumentó Agustín. Además agregó: “Lo peor de esto es que perdemos tiempo de enseñarle a los chicos, gastamos mucho tiempo en entrenamientos regenerativos y no podemos transmitir ninguna enseñanza”.

Por último, el actual entrenador de la reserva de Matienzo, resaltó el sentido de pertenencia hacia el club: Matienzo es mi segundo hogar, aprendo día a día y siempre voy a estar agradecido al club por abrirme las puertas. Nunca se sabe, pero el día de mañana si Matienzo me necesita para dirigir en cualquier categoría voy a estar siempre”.