Parque Chacabuco y una arboleda con historia… El legado de Cristina Beluatti

Muchos habitantes de B° Parque Chacabuco, recordarán con cariño a Cristina Beluatti, quien hasta su último momento, dedicó su vida a la vocación de servicio al prójimo. Apelando a sus conocimientos como Ingeniera Agrónoma, uno de sus mayores legados para su gente, fue haber creado la hermosa plaza y arboleda ubicada frente a la capilla Nuestra Señora de Belén, en la esquina de calles Orcadas del Sur y Juramento. Su padre, Elso Beluatti, la recuerda en este sentido “homenaje”.

Por: Lic. Javier Alday

Cristina Beluatti

Cristina Beluatti nació en Córdoba un 28 de enero del año 1955, en B° Jardín. Pero en el año 1976, su familia se trasladó a Parque Chacabuco y ella comenzaba su vida en esta zona de la ciudad. A la edad de 60 años, un 27 de marzo del año 2015, Cristina abandonaba este mundo, dejando un rico legado.

Su padre, Elso Beluatti, a sus 92 años de edad, la recuerda: “Cristina fue una persona sumamente sensible a las dificultades ajenas. Su empatía estaba muy arraigada dentro de su corazón y espíritu. En el barrio, los vecinos la querían mucho, porque siempre hacía cosas por los demás, y pocas veces lo comentaba”.

¿Recuerda algunas de esas cosas?

-Elso: Algo de lo que sé, es que en la zona de la localidad cordobesa de El Chacho, ella creó una biblioteca y le enseñó a la gente a cultivar la tierra, llevándole semillas. Allí hizo muchas cosas que mejoraron la calidad de vida de sus habitantes.

Una pasión que quedó reflejada…

“Una de sus pasiones fue el plantar árboles… Donde veía un cantero vacío, plantaba un árbol. Su empeño era reforestar el barrio y, de hecho, varios vecinos tienen árboles en sus veredas plantados por ella. Su objetivo era concientizar a la gente sobre su importancia para el medio ambiente. Pero, además de su trabajo con los árboles, Cristina era conocida en el ámbito local de la medicina natural, por su trabajo con hierbas medicinales, y por introducir en la Argentina la ‘Echinacea purpúrea’, planta medicinal que fortalece el sistema inmunológico”, contó el padre orgulloso.

Y uno de sus legados perdurables, fue el espacio verde sobre calles Orcadas del Sur y Juramento, ¿verdad?

-Elso: Hasta antes de la forestación, ese espacio era un lugar inhóspito, lleno de escombros y basura. Una vez que el terreno fue limpiado y que los árboles se plantaron, no solo fue necesario regarlos para que se arraigaran, sino que previamente hubo que colocarles mucha tierra fértil, porque ese era un terreno muy arenoso. No solo significó para Cristina el esfuerzo de limpiar ese terreno y forestarlo, sino que al mismo tiempo, la satisfacción por lo que estaba haciendo y dejando para el barrio.