Por Casandra Quevedo
Más que de la “Generación Dorada”, Pedro Bustos es de la “Generación del Diamante”. Su historia es una de esas bien guardadas, pero que merece salir a la luz y ser recordada por toda Córdoba. Basquetbolista desde la niñez, en aquella época donde el deporte era a pulmón y no existían los grandes campeonatos que daban más visibilidad a los jugadores, que una vez que llegaban era por mérito propio y talento sobresaliente.
La decisión que le permitió encestar
Pedro descubrió el básquet a los 11 años de edad, hasta entonces, siempre había practicado fútbol. Durante la adolescencia se dedicó a jugar a los dos, a la vez que estudiaba en la Rioja, provincia que lo vio nacer. Pero llegó un momento, a los 17 años, que tuvo que elegir: o se dedicaba de lleno al básquet o al fútbol. Fue entonces cuando tomó la decisión más acertada.
“Los dos deportes me gustaban, pero elegí el básquet. Me atrajo más por los amigos que lo practicaban y porque las canchas eran más cercanas”, contó el jugador de 93 años desde su casa de barrio Marqués de Sobremonte.
Un pilar fundamental
Algo primordial en aquél momento fue el apoyo de su familia. Si bien su mamá estaba de acuerdo con que hiciera deportes, quería que primero le fuera bien en el colegio. Como su rendimiento académico había bajado, una vez lo fue a buscar a la cancha y no lo dejó jugar la final. Su padre, en cambio, se puso de su lado al decir que él “nunca había repetido ningún curso”.
Por eso, a Pedro le quedó un recuerdo muy especial: su papá asistió por primera vez a un partido intercolegial y cuando ganaron se metió a festejar con el equipo en la cancha. El deportista expresó: “Para mí fue una gran alegría ver por primera vez a mi padre en una cancha. ¡Fue una gran emoción!”. También agregó entre risas que desde entonces, su papá iba “hasta a los entrenamientos”.
Atenas: El club de sus amores
Cuando terminó el colegio, Pedro Bustos se mudó a Córdoba para estudiar en la Facultad de Derecho. No alcanzó a llegar, que esa misma noche lo fueron a buscar para llevarlo a la cancha. Ahí comenzó un amor para toda la vida. Atenas se convirtió en el club donde más jugó y donde ganó 8 títulos consecutivos.
Tras ganar esos campeonatos, el basquetbolista fue convocado para formar parte del equipo de la pre-Selección Argentina. Sobre esta época dorada, el ex jugador recordó: “Tengo los más hermosos recuerdos de Atenas, por la gran amistad que se formó con jugadores y dirigentes. Creo que la obtención de los campeonatos sí hizo que la federación creyera que merecía representarla”.
Primer Mundial de Básquet y el título más importante
“Me enteré que iba a formar parte de la Selección Argentina por la designación de la Confederación Argentina de básquet. Me dio un gran orgullo y felicidad este comunicado”, expresó Pedro, quién quedó entre los 150 jugadores preseleccionados de todo el país y después entre los 16 convocados.
El mejor recuerdo que tiene el basquetbolista sobre esa Selección es el maravilloso grupo que se formó. Eso se vio reflejado en la cancha cuando ganaron el Primer Mundial de Básquet en 1950, donde además eran anfitriones en el Luna Park. A la final se la ganaron a Estados Unidos.
“Para mí fue una gran emoción haberle dado a nuestra querida Argentina el primer título mundial de básquet. Recuerdo los abrazos con mis compañeros y el Luna Park que se venía abajo del griterío de la gente y luego todos cantando nuestro Himno Nacional. ¡Fue inolvidable!, confesó emocionado Pedro Bustos.
Una vida para recordar
Sin dudas, ganar el primer Mundial de Básquet fue el momento más importante de su vida. Pero otros dos que agregó el ídolo, tienen que ver con sus orígenes: “La pasión por el básquet jugando en Colegiales de mi querida Rioja; y la que tuve por mi club de toda la vida, que fue Atenas, y que está siempre en mi corazón”.
70 años ya han pasado de aquél 3 de noviembre en que Argentina venció a Estados Unidos (50-64), y 93 años desde ese 10 de noviembre en que Pedro Bustos nació para ser un grande. Por ese motivo, el Concejo Deliberante le entregó en reconocimiento una plaqueta a la gloria de Atenas.
El beneplacito le fue entregado en en manos del Viceintendente de la ciudad de Córdoba, Daniel Passerini. Este “mimo” sorprendió al campeón argentino, que dijo: “Agradezco mucho está distinción inesperada del Concejo Deliberante, y la entrega de esta por parte del Viceintendente. Es una gran satisfacción para mí”. Pero sin dudas, el mejor reconocimiento siempre será el que le dará su gran legado del básquet cordobés.