En Alto Verde, los nombres de Sergio “Conejín” García y otros referentes del barrio resuenan como parte viva de la identidad del Club San Lorenzo, una institución que desde 1950 —cuando se lo conocía como “San Lorenzo Norte”— sostiene un sentido de pertenencia único. “Para nosotros representar al club del barrio es algo que nos enorgullece enormemente y entusiasma año tras año”, afirma Alejo Martín Beccacece, encargado actualmente del equipo de la categoría Libre.

La historia del club, explica, nació de la iniciativa de un grupo de jóvenes del barrio con un objetivo simple pero poderoso: armar un equipo de amigos y competir en torneos barriales. Más de 70 años después, ese espíritu permanece intacto y se renueva generación tras generación.

“La vigencia en el paso del tiempo es una de las claves que nos diferencia de otros equipos amateurs”, sostiene Alejo. Hoy conviven en la cancha chicos de 18, 19 o 20 años con referentes que superan los 50 y que “han defendido la camiseta toda su vida”, un sello que pocos clubes barriales pueden mostrar.

El dirigente destaca que el secreto de mantenerse vivos en el fútbol amateur está en “reinventarse año tras año, consolidar grupos y formar equipos de amigos con proyectos a mediano y largo plazo”. Esa fórmula, asegura, es la que mantiene a San Lorenzo más activo que nunca.

“La vigencia en el paso del tiempo es una de las claves que nos diferencia de otros equipos amateurs. San Lorenzo es enorme por su historia, pero más aún por su calidad de gente”.

El sueño de la sede y el predio propio

Actualmente, el club participa del torneo Campa Fútbol. “Si no me equivoco, en 2026 se cumplirían 10 u 11 años de competir en este torneo”, indica. Hoy cuentan con las categorías Libre y +30, pero ya trabajan en la posibilidad de ampliar su presencia a Femenino y +35 en el mismo certamen.

Para sostener la actividad, los jugadores realizan un aporte individual mensual que permite cubrir inscripción, planillas de cancha, preparador físico y director técnico. “Eventualmente organizamos rifas para recaudar fondos”, explican los jugadores sobre el esfuerzo colectivo que mantiene al club en pie.

A lo largo de su historia, San Lorenzo acumuló numerosos logros deportivos en diferentes torneos amateurs. “Buscamos competir torneo tras torneo y llegar a instancias finales. En 2025 la Libre perdió una final y la +30 está peleando por ascender”, cuenta. Pero resalta que el mayor orgullo no es lo deportivo sino lo humano: “Formar equipos con gente humilde y solidaria fue siempre lo más importante”.

“San Lorenzo va más allá de juntarse a jugar a la pelota o entrenar, este club es un espacio donde uno se dispersa de su rutina diaria, donde nacen amistades y uno conoce buena gente que te permite crear momentos inolvidables, dentro y fuera del fútbol”.

De cara a 2026, los proyectos entusiasman al barrio. “Tenemos iniciativas para que San Lorenzo tenga su sede social y su propio predio deportivo. No es fácil, nos va a llevar tiempo, pero soñamos con concretarlo junto a la gente que sigue al club”, comparte Beccacece.

Más allá del fútbol, subraya que San Lorenzo es un espacio de encuentro y contención. “Es donde uno se dispersa de la rutina, donde nacen amistades y se crean momentos inolvidables dentro y fuera de lo futbolístico”, afirma.

Al final, Alejo sintetiza el sentimiento que sostiene a generaciones de jugadores y vecinos: “Mi definición del club en pocas palabras: un club enorme por su historia, pero más aún por su calidad de gente a lo largo del tiempo”.

Más info: San Lorenzo de Alto Verde