“Soniando en cleta” es el proyecto de Franco Bussi, Bernardo Costamagno y Nicolás Arce, amigos oriundos de Laboulaye. En principio, el recorrido iba a comenzar en Nepal. Pero los planes cambiaron y decidieron emprender viaje desde Italia. Cuando comenzaron en Como tenían más de siete mil kilómetros hasta el destino final.
Ya han pasado por Verona, Venecia y Bérgamo en Italia. Por Eslovenia pedalearon unos 150 kilómetros, donde transitaron un terreno muy montañoso. En Croacia, el camino fue por la costa y algunas islas. Recorrieron unos 70 kilómetros de Bosnia.
También anduvieron por Montenegro, donde pedalearon por la ruta de las 30 curvas durante unas cuatro horas viendo el atardecer en el Mar Adriático. Estos paisajes de montaña, aunque difíciles de transitar, han sido los que más les ha gustado al grupo. Estuvieron en Albania haciendo un voluntariado en un hostel en la costa llamado Himarë, y para entonces ya llevaban unos 2.300 kilómetros.
Pasaron por Macedonia del Norte costeando el reconocido Lago Ohrid, y a principios de julio llegaron a Grecia. Prevén continuar por Turquía, Georgia, Armenia, Irán y finalmente Qatar.
No hay tiempo de permanencia definido en cada país, y existe la posibilidad de reconfigurar el itinerario según lo consideren, aunque tienen en claro que en noviembre deben estar en la sede del mundial.
Las compañeras de viaje: bautizaron las bicicletas
Al llegar a Italia, no tenían bicicletas. Así que se equiparon en Milán y en Como. Al comentar sobre la travesía, los apoyaron con descuentos y regalos en el comercio donde compraron las bicis. Cada una de ellas fue bautizada: la de Franco se llama “La Pochocla”, en honor a una bici que tuvo hace muchos años; la de Bernardo, “La galga”, porque a él le dicen el Galgo; y la de Nicolás, “La niña”, ya que a él le dicen el Niño.
El equipaje que trasladan está compuesto por cuatro alforjas en cada bici, donde llevan poca ropa, equipamiento para cocinar, carpa, almohadas y bolsas de dormir. Una de las bicis lleva flameando una bandera argentina.