“Soy un verdadero remador y soñador”

Siempre prefiero el camino largo porque la fama efímera no me gusta”, manifestó el humorista cordobés, consagrado desde hace un buen tiempo como uno de los mejores artistas del país en el arte de hacer reír. Su espectáculo en Carlos Paz: “El Circo de Pailos” es todo un éxito. Ahí se divierte junto al “Mago” Willy y “Chichilo” Viale.

¿Quién es El Flaco Pailos?
Es un remador de toda la vida, y un soñador. Yo siempre digo que los logros míos es porque he ido cumpliendo sueños. Tenía el sueño de ser músico y tocar la guitarra, entonces fui a aprender. Después soñé tener una banda y la tuve, luego con tocar en los escenarios, bares y pub… y lo fui cumpliendo. Pero nunca abandoné el remo. No sé si decir si me costó o no me costó, porque a todos nos cuesta. Pero la clave fue nunca abandonar los remos. Estoy contento con lo que he logrado y eso incluye a mi mujer y a mis hijos, que son con los que he soñado también.

¿Sos humorista por herencia?
Sí. Mi viejo era Ingeniero. Un riojano que se vino a estudiar desde muy chico a Córdoba en la secundaria y luego en la universidad. Era un tipo bastante extrovertido y eficaz con el humor,  le gustaba cantar, tocar la guitarra, animar fiestas… Creo que heredé un poco de ahí.

¿Y sino qué hubieses sido?
Quizás hubiera sido un zoólogo, pero también oceanógrafo o veterinario. Empecé estudiando Ciencias Políticas, luego me pasé a Derecho, después Escuela de Artes, Ciencias Físicas y Naturales; y Fonoaudiología, esta última fue la que casi termino. Pero paralelamente, siempre estuve en  la música, porque mi sueño era ser un gran cantante. Como me decía un amigo: “Vos sos un Don Juan de las carreras” (risas).

¿Quién es o fue tu máximo referente?
El “Negro” Álvarez. Cuando yo era joven, mi viejo compraba los discos de pasta o cassettes de El Negro y yo los “morfaba” todo el día. Hacía de cuenta que yo era quien contaba los chistes. Ahora tenemos un gran vínculo, aunque no seamos grandes amigos, pero él sabe lo que significa para mí.  Hay materia pendiente de hacer algo juntos. Él fue y es mi máximo referente. Pienso y quiero hacerle un show homenaje.

El chiste de Tarzán y haber estado trabajando con Marcelo Tinelli, ¿Marcó un antes y un después en tu carrera?
Creo que sí. Lo de Tinelli fue un golazo. Participar en el Campeonato del chiste fue algo muy importante. Luego, ir a Susana Gimenez y Mirtha Legrand; y otros programas de televisión en Buenos Aires, me sirvió incluso para que mucha gente de Córdoba me conociera. Y el famoso chiste de Tarzán también… ¡Todavía me lo siguen pidiendo!… Ya salió la segunda parte (risas).

¿Cómo haces para “reinventarte” todo el tiempo?
Soy un contador de chistes, principalmente. Pero armo historias con personajes y mis espectáculos tienen temáticas. Voy armando chistes y escribo otras escenas. Comencé a adaptarme cuando empezamos a hacer teatro, porque cuando iba a los Pubs y bares, puteaba mucho. Me di cuenta que no hacía falta usar tanto la mala palabra, pero sí en lugares bien utilizadas. Antes los chistes de gay rendían, ahora no, por ejemplo. También hay que balancear el humor hacia el lado de la mujer, porque ella también tiene sus cosas graciosas. Con las redes sociales, los chistes se viralizan ahí nomás, por eso me gusta crear y recrearme mucho.

¿Cuántos cuadernos tenés escritos?
Debo tener más de 70 cuadernos con chistes e historias. Me han invitado mucho a hacer un libro, pero me gustaría hacer un libro autobiográfico, sobre mi historia de vida. Sigo escribiendo y nutriéndome de la calle, de historias que me cuentan, de cosas curiosas o graciosas que le pasa a la gente. Me meto a internet,  intercambio chistes con humoristas…

¿Te molesta escuchar chistes tuyos en boca de otro?
¡No!… Para nada, porque considero que los chistes no pertenecen a uno, sino que ya son de la gente.

¿Qué diferencias existen entre el humorista cordobés y los demás?
Argentina es un país que tiene muy buen humor, junto con España. Pero el cordobés tiene la tonada, la espontaneidad y la capacidad de transformar una situación negativa en positiva sin ofender. Creo que esa es la diferencia. Siempre pongo el ejemplo que una reunión de consorcio, en Córdoba termina en una ronda de chistes.

“No me molesta escuchar chiste míos en la boca de otros, porque considero que los chistes no pertenecen a uno, sino que ya son de la gente”

La radio, su otro amor

¿La radio es tu otro amor, tu cable a tierra?
Sí. La radio, primero empezó como algo para difundir… Me convocaban en la época que yo tenía al trío “Los viejos pescados”. Me acuerdo que siempre era tradición convocarnos para época de elecciones a ponerle un poquito de onda. Íbamos mucho a los canales de televisión, como en los programas de Lagarto por ejemplo o en Buenos Aires.  Pero la radio, estuve con Lagarto, Mario Pereyra, Rony Vargas, Rebeca Bortoleto… hasta tener mi propio programa llamado “Radio Pailos, con amigos”. Me encanta estar en la radio, en la tele y en el teatro y a todo le tomo gusto. Pero todos los medios son armas de doble filo, porque la televisión te puede dar fama pero también te puede quemar; la radio también, pero no te pueden escuchar. Siempre son desafíos, pero que me gustan.

Proyectos, giras y demás

¿Qué proyectos tenes en mente después de la temporada de Verano?
Me gustaría volver a hacer una gira por España. La primera vez, estuvimos por Cádiz, Málaga, Barcelona, Madrid y Alicante; fue espectacular. También me llamaron de Roma, unos amigos que tienen un restaurant. Pero quiero ver si económicamente podemos hacer una gira por todo el país con el circo.  También me gustaría volver a Estados Unidos.

¿Cómo vivís tus giras por otras partes del mundo?
Cuando subo al escenario, siempre subo preparado, pero el público me sorprende. Si bien puedo hacer un espectáculo establecido, pero el público no siempre es el mismo, y esto hace que siempre pase algo distinto. Aprendí viajando que también, sucede lo mismo. Cuando fui por primera vez a México, a Playa del Carmen, me di cuenta que en el público, de 200 personas, 50 eran mexicanos. Entonces empecé a contar chistes mexicanos y argentinos para abarcar a todos. Cuando fui a España me pasó lo mismo; incluso cuando fui a Cádiz, más de la mitad del público era Español. Cuando visito algún lugar,  pregunto y me informo que ha pasado en el último tiempo para empaparme un poco con su realidad y contextualizar los chistes. Me gustaría presentarme también en Canadá e Italia, por ejemplo.

Dentro de lo laboral, ¿Qué otro sueño tenes?
Me gustaría hacer un show con la Orquesta Sinfónica de Córdoba. Ya está todo escrito y hablado solo falta ponerse a trabajar y terminar de darle forma.

¿Te gustaría trabajar con tus hijos?
Sí, vamos a ver si quieren. Por ahora ellos no quieren saber nada. Por ahora, la más grande tiene 18 años, está haciendo su cantante como cantante y bailarina de comedia musical. Y el más chico, va al secundario a una escuela de música.

¿Cómo haces para estar siempre de buen humor y olvidarte de los problemas?
Siempre pienso que hay cosas peores que le pasan a la gente. Están pasando cosas gravísimas en este país con el hambre, el desempleo, la inseguridad y tantas otras cosas. Yo soy un privilegiado. Es más… me pasa algo malo y lo cuento como un chiste.

Cuando comenzaste, ¿Te imaginabas ser uno de los mejores humoristas del país?
Siempre lo soñé, pero respeté las etapas. Despacito, paso a paso… Siempre prefiero el camino largo porque la fama efímera no me gusta. Soy un verdadero remador y soñador. Todo lo que fui soñando, lo conseguí. ¡Nunca abandoné los remos!

El circo de Pailos

¿Cómo es el “El circo de Pailos”?
Estamos en Carlos Paz, de miércoles a domingos en el Teatro Coral con “El Mago” Willy,  “Chichilo” Viale y un grupo de chicos del “Circo Piskui”. Se trata de un circo que comienza pobre, pero termina “lindo y rico”. “Chichilo” (que además es un gran Clown) y yo, vamos a ser los payasos: “Pindonga” y “Machirulo”.  Somos 13 personas sobre el escenario.