Por Casandra Quevedo
Valeria López es una de las caras visibles de la Fundación Un Litro de Leche por Mes, un espacio que surgió ante las necesidades de muchas personas y que se encarga de (no solo) dar donaciones (leche, alimentos, ropa, medicamentos y elementos de higiene), y de hablar o prestar el oído a quienes lo necesitan y muchas veces no tienen contención.
Tenderle una mano a más de 150 familias
Sobre su labor solidaria en la Fundación, Valeria contó: “Comenzó en el año 2009 en un momento de mi vida venía de duelo, por perder a mis padres y no poder ser mamá. Estaba en un momento de vacío interior, por así decirlo, esperando. Un día llegó la señal a través de Facebook, sobre un grupo solidario”.
Este rasgo de solidaridad ya venía en sus genes, ya que cuando era chica sus papás habían tenido un negocio en su barrio y ayudaban a toda la gente que pasaba y sufría necesidades. Eso fue lo que recordó en el momento de encontrarle nuevamente un sentido positivo a su vida: “Un día que lo vi en las redes una actividad solidaria con el objetivo de juntar, aunque fuera, un litro de leche. Comencé invitando a mis amigos y a mi hermana. Pronto empezó a crecer y crecer”.
Actuamente, a la Fundación Un Litro de Leche Por Mes asisten muchas familias. Según Valeria, tienen anotadas alrededor de 150, pero siempre aparecen necesidades de familias de otros barrios y de otros lugares. Sobre esto, comentó: “Si no es un remedio, un abrig, un colchón, una leche especial… Esos son necesidades que están más fuera de nuestro sector. Siempre tratamos de contestar”.
Por un 2022 que llene el alma
“Empezamos el 2022 muy esperanzados con la posible nueva modalidad, saliendo de la pandemia. Entonces, intentamos ver cómo poder proyectarnos este año. La necesidad que vimos, más allá del alimentaria, fue la del apoyo escolar. En eso estamos muy abocados en buscar más maestras porque los chicos están súper atrasados”, explicó la representante de la Fundación.
Además, contó que dentro de lo que es el apoyo escolar, necesitan dividirlos en grupos, ya que son muchos. Hay niños de 12 años que son del barrio y no saben leer, y hay niñas de secundaria que no saben multiplicar y dividir.Otro proyecto, es el llamado “Los Sueños de mis 15”, que consiste en ayudar a festejar con lo que se pueda, a las niñas de la copita de leche que llegan a esa edad. Por último, la Fundación sigue entregando viandas calientes para las personas que se van anotando.
La fortaleza como bandera
Al preguntarle sobre la fortaleza que consiguió tener al convertirse en una referente para muchas mujeres y personas solidarias, Valeria López admitió: “Considero que a través de los años y de los golpes de la vida, pude tomar esas situaciones y convertirlas en fortalezas. Hoy con 50 años siento que cada día se puede ser más fuerte y se puede salir de situaciones impensadas, solo abriendo las posibilidades de aprender de todo aquello que nos golpea”.
Por último, quiso dejarle un gran mensaje a las mujeres por el Día de la Mujer: “Todas podemos aprender de cada situación que se nos presenta y sacar lo mejor de nosotras. Deseo que se valoren y que no se queden en un lugar si son maltratadas. Hay 1000 posibilidades para buscar ayuda, no están solas y pueden ser más fuertes cada día. También me gustaría decirles que a cualquier edad se pueden retomar estudios, emprender un trabajo. ¡No se queden calladas y si necesiten ayuda salgan y busquen, siempre en el camino van a encontrar alguien que las va a querer ayudar!”.