¿Cómo te definís como Mamá?
Me defino como una mamá que sino me pongo
límites soy bastante obse, bastante exigente, se me
va la mano, trato de frenar y de ser una mamá
observadora, que mira. La mirada de madre creo
que saca un montón de cosas en un hijo, trato de
ser muy presente, esa es la base de una infancia
feliz. La presencia de la mamá en el hogar es muy
importante, trato de ponerme si o si un horario en
el que tengo que volver a mi casa, porque es tan
efímera la infancia que hay que tratar de sacarle el
mayor jugo posible, compartir disfrutando con los
hijos.
¿Cómo fue la llegada de Alma a tu vida?
La llegada de Alma a mi vida fue como una
explosión, fue muy fuerte, vino a partirme en dos,
el corazón y mi ser humano como mujer, creo que
sacó lo mejor de mí, es como si me hubieran roto y
me hubieran vuelto a armar con mis mejores partes.
Fue adrenalina pura, fue conocer un montón
de cosas que desconocía, fue abrazar la discapacidad
y conocer el síndrome de down. Como hija, es
mágica, creo que está hecha a mi medida, me complementa
como ser humano, me da mucha felicidad,
soy una persona muy plena al lado de ella.
Aprendo a dar, a dejar de lado, a poner los prejuicios
en otro lado, a entender que más de una vez
las limitaciones de la vida son simbólicas y que los
miedos están agrandados, magnificados… Hay
que aprender a ir pasito a pasito.
En lo laboral, en tu programa radial “Estamos
como queremos” (FM Córdoba)… ¿Estás como
querés?
Si estoy como quiero, siento que es mi lugar, amo
a la radio, tiene una cercanía con la gente porque
una voz puede trascender muchas cosas; lugares,
corazones, enojos, soledades… La radio es infinita,
intangible, uno sabe donde arranca pero nunca
donde termina y me siento muy bien, muy cómoda,
con un espacio que tiene mucha personalidad
mía. En la radio puedo fluir, ser feliz, puedo hacer
una bajada de quién soy también, y ser auténtica, y
eso para mí no tiene precio.
En cuanto a tu programa de Tele en El Doce,
¿Qué buscas transmitir con “Qué ves cuando
me ves”?
“Qué ves cuando me ves” es para mí otro hijo, es
un como programa que me surgió de manera
visceral después de ternerla a Alma, de conjugar
mi rol periodístico con ese mundo de la discapacidad
que tanto me empezó a movilizar, pero tenía
ganas de empezar a mostrarlo sin solemnidad,
como lo vivo yo y mucha gente, muchas familias.
Ese detrás de escena de esto que no es fácil, que
saca mucho tiempo, vulnera, roba muchas
emociones, a veces da impotencia porque hay
muchos derechos que lamentablemente están
pasados por arriba, pisoteados, uno tiene que
luchar mucho para que hagan valer los derechos en
este país con respecto a la discapacidad. Busco
generar o transmitir la parte más linda, más bella
que yo descubrí, es la parte generosa que te
cambia como ser humano, te habla de valores, de
muchas otras cosas que te pone en otro plano, te
muestra otra perspectiva de la vida. Trabajar junto
a Malena Pozzobon (co-conductora con Síndrome
de Down) es un placer. “Male” es energía pura, es
adrenalina, es lo más, es un ser humano que me
lleva a un plano de muchísima admiración,
permanentemente me está dando una enseñanza
de evolución en la vida, que no hay límites, de sus
pilas, su fuerza, su compromiso.
¿Notás que se está cambiando la perspectiva
hacia la gente con discapacidad y la inclusión?
Si noto un cambio en el mundo sobre la inclusión,
la discapacidad, estamos empezando a educarnos
un poco más, que la inclusión no sea solo elegante
sino a poder verdaderamente a mirar al otro. Hay
cambios actitudinales que llevan mucho tiempo y
solo uno puede empezar a generar cambios si se
involucra desde la emoción, desde el sentimiento,
algo te tiene que tocar para volverte una persona
inclusiva, en el colegio, en tu familia, en la calle,
eso se va aprendiendo. Los chicos más chicos veo
que vienen con un chip muy diferente, somos los
adultos los que hacemos una bajada errónea obsoleta,
esto de estar mirando al diferente queda
viejo, queda retro porque hay que aprender de una
vez por todas que somos diferentes y que ese es el
máximo desafío, aceptarnos diferentes, buscamos
ser tratados iguales pero diferentes.
¿Qué sueños y proyectos tenés?
He aprendido a vivir el “rating” de la vida, el
minuto a minuto. Alma pudo llevarme a ese plano,
más real, más del presente, el aquí y ahora para bajar
ansiedades. Tengo sueños y proyectos con una hija
grande, autónoma, feliz, realizada, por eso estoy
trabajando mucho hoy, es mi máximo objetivo.
Y… ¿Qué ves cuando ves a Flavia Irós?
Veo una persona que trata permanentemente de
evolucionar en lo humano, que trata de romper sus
limitaciones, de ir creciendo, de ir buscando su felicidad
cada vez más simple. Me defino una
persona muy concreta con lo que siente y quiere,
sensible, súper emocional y vulnerable. Desde que
fuí madre, cambié mucho. Era nómade, libre y
eterna y la maternidad me hizo echar raíces, pero
seguir siendo libre de espíritu. Supe encausar
muchas cosas desde lo emocional también, mi
mayor virtud creo que es vivir con el corazón a flor
de piel y que a veces al ser tan emocional se transforma
en defecto, pero esa virtud es importante para
poder tener sensibilidad social y saber manejarlo,
equilibrarlo no es fácil.-