Por Casandra Quevedo
El pasado fin de semana, mientras se corría una carrera de Motocross en la localidad de San Agustín, hubo un trágico accidente que se llevó la vida de Wey Zapata. El corredor de 23 años era una de las grandes atracciones para el público, ya que era considerado uno de los mejores y era visto como un ejemplo de superación.
Fue en noviembre pasado, cuando el piloto sanjuanino perdió el brazo izquierdo en un accidente de tránsito. Pero eso no lo frenó, en ningún momento pensó dejar su gran pasión. Por eso, en enero ya había vuelto a correr. Además, ya había conseguido la victoria en la primera jornada del Campeonato MX Patagónico Sur en Rada Tally, en Chubut.
Pero esta vez no fue suficiente. En esta segunda fecha de enduro, Wey iba en el quinto lugar, pero después en un salto perdió el control, cayó y fue atropellado por otros dos competidores que no pudieron esquivarlo.
Este trágico accidente causó mucha conmoción y controversias, ya que muchos medios y personalidades del deporte cuestionaron que el joven estuviera corriendo en motocross sin un brazo y sin el tiempo de adaptación suficiente, ya que había vuelto a la competencia a solo dos meses de haber tenido el accidente. Otros cuestionaron a su familia por habérselo permitido.
“Perdió un brazo en un accidente y creo que esa mano es la que nos dio”
Pero tras el fallecimiento, la familia del sanjuanino tuvo un gran gesto con otro joven de la misma edad. Ariel, es un mendocino que desde hace 13 años esperaba un trasplante de pulmones. Durante toda su vida, había tenido respiración asistida y portó una mochila de oxígeno. Gracias a la donación de los órganos de Wey, fue intervenido el domingo de Pascuas y ahora podrá mejorar su calidad de vida.
Después de la operación, un primo del chico intervenido expresó una emotiva frase en agradecimiento a Wey Zapata: “La mano que él perdió en el otro accidente, es la mano que Dios le dio a mi primo para que siga viviendo”. Por último, el familiar de Ariel agradeció la voluntad de la familia y concluyó que “un guerrero dejó sus pulmones para que los tenga otro guerrero que luchó toda su vida”.