60 años celebrando San Valentín

Él tiene 100 años (recién cumplidos) y ella 87. Él nació en Croacia y ella creció en Salsipuedes. El destino los unió por casualidad hace ya 60 años, y el amor se encargó del resto... Entrevistamos a Ana María y a Antonio Mandakovic, una pareja de abuelos de B° Cerro de las Rosas con 58 años de casados y una historia de amor fruto de la guerra.

En 1955 habían pasado ya 10 años de la Segunda Guerra Mundial y Croacia seguía devastada. Antonio (o “Tony”, como lo llaman), que había luchado en esa guerra, dando todo por la Patria, se vio forzado a abandonar su tierra natal en busca de un futuro más prometedor. Y, ¿qué mejor opción que “esa tal Argentina”? Un lugar lejano del que todos hablaban y que se encontraba “entre uno de los 10 mejores posicionados del mundo”.

Así fue como, “sin un centavo en el bolsillo” ni el mínimo conocimiento de español -pero con mucha esperanza-, “Toni” emprendió el viaje en barco hacia un país desconocido donde conocería a su amor, y tendría 2 hijos y 6 nietos. 

– ¿Cómo y hace cuánto se conocieron?

(ella) De casualidad. En 1960, yo era maestra recién recibida, y como no encontraba trabajo, buscaba cualquier puesto. Conseguí uno de secretaria en un taller de dibujo y planos para automóviles. En ese entonces, él trabajaba para la Renault y llevaba al taller trabajo para los dibujantes. Él, que era muy buen mozo, venía un par de veces por semana y siempre nos saludábamos, hasta que una vez me invitó a tomar el té y yo acepté.

Él era muy amigo de Ángelo, padre de Lina, que era amiga mía. Yo vivía en Salsipuedes y los fines de semana me quedaba a dormir en lo de ella para encontrarme ahí con él.

Un día, Ángelo le dijo a Antonio: 

– Antonio, Ana María no tiene padre, asique el papá de ella soy yo. Entonces… ¿lo tuyo con ella va en serio? 

– ¡Claro que es en serio!, le respondió Antonio. Pero, ¿cómo nos vamos a casar si yo vivo en una habitación que alquilo y como en cualquier lado?

– ¡Eso no es problema! Yo te dejo mi dormitorio con la cama matrimonial y me voy a dormir con mi hijo. Anotamos los gastos y después dividimos.

Y eso hicimos, vivimos ahí un año y medio.

(él) Sucede que cuando yo llegué a Córdoba, en el año 1955, no tenía a dónde ir. Vine “con una mano adelante y otra atrás”. En ese entonces había un viejo y famoso restaurant en la esquina de San Martín y Humberto 1°, un bodegón. El dueño era Ángelo, padre de Lina, y casado con una croata. Ellos me dieron una mano y un techo bajo el cual vivir el primer tiempo, y rápidamente nos hicimos buenos amigos.

– ¿Se imaginaban que llegarían a estar juntos 60 años?

(ambos) ¡No! (ríen).

(ella) Yo tenía 27 años cuando nos casamos, y él tenía 42, era mucho más grande. Fue un casamiento muy lindo.

(él) Mis compañeros de trabajo me hicieron la despedida de soltero un día antes del casamiento. Volví a las 6 de la mañana y el civil era a las 9:30hs (ambos ríen).

(ella) Yo trabajaba haciendo una suplencia en Salsipuedes. El día del casamiento, 9 de septiembre, era el día del maestro en la escuela y mis compañeras habían organizado un brindis, al que claramente no podría asistir. 

Eran las 8 y el Tony no llegaba para ir al civil. Tenía que buscarnos a mí y a mis hermanos e ir a Río Ceballos, por el camino que, en ese entonces, era de tierra y muy roto. Como vi que se demoraba, yo me fui a festejar con mis compañeras. Cuando llegué me preguntaron: “¿Vos no te casás hoy? Si, les respondí…pero si “el gringo” se arrepintió, todavía está a tiempo (ríe a carcajadas).

Pero finalmente llegó y me fue a buscar al colegio. Al fin y al cabo, nos casamos. El juez de Río Ceballos nos esperó (llegamos 2 horas tarde), hizo una excepción sólo porque lo conocía a mi hermano. Pero no voy a mentir, me puse muy nerviosa de pensar que no lo lograríamos, ya que al día siguiente era el casamiento por iglesia, y en esa época era obligatorio hacer el civil antes que la iglesia.

El amor en el siglo XXI

– ¿Cómo creen que han cambiado las relaciones y el romance en todos estos años?

(ella) Ahora los jóvenes son menos inhibidos. O querés o no querés, y no dudan ni un segundo en decir lo que piensan. 

Con respecto a nosotros, el amor ha ido mutando… quizá hoy discutimos más que antes. Pero yo al Tony lo sigo queriendo, sino no lo cuidaría todos los días como lo hago.

(él)  Mientras vivís el presente y tenés amor, todo va sobre rieles y es natural, recién lo percibimos bien cuando pasa el tiempo y miramos hacia atrás. ¿Qué es el amor? Cada uno es un ser diferente. El amor no se puede medir, no se puede tocar…¡pero existe!