Eugenia Margarit es un símbolo de pertenencia y amor por Córdoba. Sus obras lograron trascender cualquier galeria de arte o retrato, para pasar a formar parte del espacio público. Los peatones que circulen por la ciudad podrán visualizar la pasión que emplea Margarit en cada trabajo realizado para los cordobeses.
Lugares emblemáticos como el Tribunal de Faltas, la “supermanzana”, Plaza de la Intendencia o el Centro de Migrantes y Refugiados, son algunos de los espacios intervenidos por Eugenia. Sus diseños se plantean mediante un “lenguaje” de formas orgánicas, combinando los elementos existentes con la renovación de los mismos.
Las intervenciones urbanas se llevan a cabo mediante el programa “Arte de Nuestra Gente”, el cuál posibilita que los artistas locales presenten proyectos para llevar a cabo en los espacios urbanos. José Lezcano es el responsable del proyecto y encargado de revalorizar la ciudad.
“Me parece muy interesante como artista y arquitecta la forma en la que se relacionan el arte y el espacio público. El hecho de como la gente lo recibe o lo cuida más es un aspecto importante para mi trabajo. Debemos estar orgullosos de nuestra ciudad y de nosotros”, contó Eugenia, respecto a sus trabajos realizados en la Plaza de la Intendencia y la “supermanzana”.
Los trabajos realizados responden a una lógica de “lo que existe para plantear los colores”, logrando una relación directa en los colores que se pueden observar en la Plaza San Martín o la Catedral: “Son intervenciones urbanas que se plantean en base a lo existente, buscando mejorarlo o resaltarlo”.
Centro de Migrantes y Refugiados
Su obra más reciente se encuentra en el Centro de Migrantes y Refugiados, ubicado en Caseros 356. El trabajo se realizó en conjunto al arquitecto encargado de diseñar el Centro, buscando transmitir a través de la fachada el mensaje hacia los inmigrantes que arriban a la ciudad.
“El muralismo se representa a partir del color, porque para mí el color es alegría, bienestar o energía. Entonces, acá buscamos resaltar esos aspectos, para que las personas que lleguen se sientan a gusto y se pueda transmitir esa buena energía”, analizó Eugenia.
“Los colores se componen en una sola imagen, somos muchos pero en conjunto podemos armar algo grande y fuerte a partir de la convivencia”, finalizó.