Por: Casandra Quevedo
Paula Ingaramo desborda de una energía cálida que también se plasma en sus producciones. Su amor por el arte comenzó desde que era adolescente, pero nunca se imaginó que terminaría eligiendo a la cerámica como un trabajo de todos los días. En la materia de escultura había visto esta técnica, pero no le había gustado tanto.
Recién cuando terminó la carrera decidió darle una chance y se anotó en un taller. Fue ahí cuando se enamoró tanto de la cerámica, que inmediatamente se anotó en la carrera que dura 3 años. Hoy, es su fuente de trabajo, su pasión y un medio para expresarse. En esta entrevista, Paula se sumerge en el mundo de la cerámica, desde su lugar como emprendedora y profesora.
¿Cuándo fué que la cerámica se convirtió en tu forma de ganarte la vida?
Cuando estaba en segundo año de la carrera de cerámica decidí tener alumnos y comencé a vender mis productos. Lo hacía en el quincho de la casa de mis papás, ya que todavía vivía con ellos. Era como invadir el quincho, así que pensamos en esto de que tuviera un espacio propio. Ampliaron un poco la casa y el cuarto fue pensado para lo que hoy es el taller. Mi familia tuvo mucho que ver en este empujón, me ayudaron desde ese lugar. Yo después le puse mucha alma, mucho esfuerzo y dedicación, desde construir muebles, hasta comprar la cerámica. Fue toda una inversión energética y económica, pero siempre me puse en la cabeza que yo quería vivir de esto. Poco a poco el taller fue creciendo. Siempre trato de sumar y que sea un espacio donde tanto mis alumnas, como mis clientas, se sientan cómodas.
¿En qué consiste tu página de Arte Pin?
Arte Pin consiste en un espacio donde donde están los productos que el diseño y elaboro. Todos son para el uso diario de alguien, desde tazas, hasta platos, budineras, compoteras, cazuelas, y jarras. También hago trabajos personalizados para clientes. A mí me gusta elegir el proyecto y clientes que me den la libertad también de diseñar y crear. Por ejemplo, me gustó trabajar con unos clientes que venden joyas, “Ríe Simona”, para quienes hice un montón de elementos escultóricos, pero funcionales, para sus exhibidores. Me gusta ese tipo de proyectos que requieren un desafío y también me saquen de esa rutina.
¿Cuántos talleres dictas?
Los talleres son los lunes de 17 a 19hs, y los martes y jueves de 10 a 12hs, y de 18 a 20hs. Son grupos desde los 20 años de edad en adelante, no trabajo con niños ni adolescentes. Me gusta armar grupos dentro de los mismos intereses y donde puedan compartir una linda energía. Empezamos las clases desde marzo hasta junio, pero se puede sumar alumnas cuando quieran, con tal que haya lugar. Lo que más priorizo es la energía y la persona. Los alumnos pueden aprender lo que quieran, yo les doy una base de técnicas de modelado dentro de la cerámica. Cada uno va a su ritmo, puede llevar menos tiempo o más, pero hacemos todo desde cero. Arrancan desde la materia prima que es la arcilla, la modelan, la emprolijan y también cuando está casi seca, esa pieza va al horno, la esmaltan y vuelve a ir al horno.
¿Cuáles son los productos más vendidos?
Las tazas chinas y los mates. Lo que más me gusta de estos objetos es que intento darles más de una funcionalidad. Entonces, el mate es como un pocillo de café. La tacita china, en
realidad pueden usarla también como compotera, o yo la uso para servir maní, salsa, poner el helado, el flan, o lo que fuese.
¿Cuáles son los beneficios de la cerámica?
Los beneficios de la cerámica y el arte en general, siempre son que te conectan con vos. Creo que a mí siempre me gustó mucho trabajar con mis manos, soy muy creativa e inquieta. Te ayuda a controlar la ansiedad y la frustración. Por ahí la idea que vos tenés al principio en tu mente modifica, por ahí no te sale, o te salen cosas mejores. Sobre todo, la cerámica te enseña a calmarte y que los tiempos de uno no son los tiempos de la cerámica en sí. Te enseña a fluir.-
Más información: Instagram: @arte.pin
