Por Casandra Quevedo
Tal como cuando vivía en Córdoba, Mayra Coz desborda de positividad para hablar sobre su vida y responsabilidad a la hora de comunicar. En este momento se encuentra en un avión, volviendo desde Qatar hacia Alemania, país en el que reside. Desde las alturas nos cuenta las vivencias que le dejó el Mundial de Fútbol.
¿Dónde estás viviendo en Europa? ¿Qué fue lo que te llevó a ir a vivir allá?
Estoy viviendo desde hace 9 meses en Stuttgart una ciudad al sur de Alemania. Cuando decidimos con mi marido realizar una experiencia fuera del país estábamos en medio de la pandemia y comenzamos a ver algunas opciones factibles. Nosotros no tenemos ciudadanía, por lo que sí o sí debíamos encontrar un país que brindara una visa para poder trabajar en el extranjero. En ese momento y por cuestiones del COVID la única opción accesible era ir a Alemania, ya que podíamos solicitar una Visa Working Holiday, que nos permite trabajar y viajar a la vez. Cuando comenzamos a averiguar era un país con un nivel económico alto, donde había oportunidades laborales. Cuando nos aseguramos de que íbamos a estar cómodos y seguros comenzamos a buscar los papeles que solicita la embajada de Alemania para sacar la visa. Esta visa es para menores de 30 años que quieran trabajar por el lapso de 1 año, ya sea en Alemania o en otro país que acepte esta modalidad.
¿Cómo se te dio la oportunidad de cubrir la Copa del Mundo?
Estando en Córdoba trabajé con algunos medios y tenía algunos conocidos. Cuando compre los pasajes para Qatar me parecía importante poder contar mi experiencia, transmitir las sensaciones, la alegría y todo lo que se vive en el mundial. Entonces les escribí a los conocidos que tenía, dando aviso de que iba a ir y haciéndoles saber las ideas que tenía para contar todo sobre Qatar. Sobre todo, me interesaba representar a Córdoba y acercarme un poco más a mi ciudad. Recibí varias propuestas, charlé con los productores para trabajar juntos. Después solo me quedó llegar al país del mundial y cronicar todo lo que iba viviendo.
¿Qué es lo que más te sorprendió de su cultura y religión?
Antes de llegar a Qatar, para estar preparada, leí mucho sobre su cultura y sobre todo las restricciones tenía. Al llegar, me sorprendió para bien la amabilidad de todos los residentes a pesar de todo lo que se decía. Los Qataries, los árabes, son muy amables, atentos y dispuestos a ayudar a los fanáticos de Messi. Si te veían con una remera de Argentina te pedían ellos una foto. Además, tuve la posibilidad de ingresar a la mezquita más grande del país, un lugar imponente que puede recibir a 30.000 fieles. Estaban muy organizados, te preparaban para poder ingresar (ya que la ropa debe ser el hiyab para cubrir el pelo y todo el cuerpo de la mujer, y el hombre debe usar el Imamah una túnica blanca hasta los tobillos). Me sorprendió que allí se puede ingresar independientemente de la religión de uno, promoviendo el respeto.
¿Y de su infraestructura qué fue lo que más te llamó la atención?
En cuanto a infraestructura, la ciudad es imponente, los edificios a grandes escalas son impactantes. Claramente Qatar demuestra el poder económico que tienen. Eran edificios muy lujosos con vistas al mar y había muchos lugares para conocer y disfrutar. Se podía llegar a cualquier lugar en metro o bus y la demora no era más de dos minutos. Para este evento había muchos voluntarios ayudando a orientarse, marcando el camino, lo que ayudaba para no congestionar el tránsito.
¿Cómo son los precios en Qatar para poder disfrutar de la estadía en el Mundial? ¿Dónde se instala la gente que va?
Los precios son bastante accesibles. He podido conseguir un combo de hamburguesa, papas fritas y gaseosas en 17 dólares o en algunos lugares a 13. Dependiendo la zona en que te encontraras había combos familiares por 30 dólares. Por lo tanto, una familia tipo podía comer bien y en un lugar céntrico. Dormir en una habitación en los Barwa (que son barrios que armaron exclusivamente para los hinchas que asistieran al mundial), rondaba desde los 84 dólares. Eran habitaciones para dos, con baño privado y equipado con utensilios. Además, incluía servicio de limpieza. La mayoría de los argentinos se hospedaron allí, era cómodo y accesible, ya que los colectivos todo el tiempo estaban saliendo al centro o al aeropuerto y eran gratuitos mostrando el Hayya Card (un permiso que se solicitaba para ingresar a Qatar para conseguir alojamiento y la conseguías si tenías entrada a algún partido).
¿Por qué las personas que viven en Qatar deben usar vestimenta determinada? ¿Qué significan los diferentes colores?
Cuando fui a la mezquita nos explicaron varias cosas sobre los musulmanes, una de ella fue la vestimenta. Nos contaron que el Islam ha fijado los estándares de modestia, tanto para hombres como para mujeres. Para los hombres, la cantidad mínima que debe cubrirse es entre el ombligo y la rodilla. Para las mujeres que están en presencia de hombres que no están relacionados con ellas, deben cubrir sus cuerpos a excepción de su cara y sus manos. Algunas optan por solo dejar al descubierto sus ojos. Nos explicaron que el Islam requiere que la vestimenta musulmana, también sea lo suficientemente suelta como para cubrir el cuerpo adecuadamente. Los colores no significan nada, es simplemente elección de quien lo usa en Qatar las mujeres eligen mucho el color negro.
¿Cuáles son los mitos sobre la cultura y la religión de Qatar?
Se decía mucho, pero los Qataries son muy respetuosos, atentos y solidarios. Un mito fue lo de la vestimenta: aunque dijeron antes del comienzo del Mundial que había que estar cubiertos de largo, se pudo ver que los turistas no tenían problemas si estaban por la calle con shorts, musculosas o ropa por encima de la rodilla. En las playas públicas se podía usar bikini (en el caso de las mujeres) y mallas cortas (en el caso de los hombres).
¿Pudiste ver algún partido de la Selección? ¿Qué es lo que destacas de la hinchada?
Si. Por suerte pude ingresar al primer partido. Argentina copaba las estaciones de metro, los colectivos y en cada lugar donde se juntaban los hinchas se sentía la presencia en todo el camino hacia los estadios. Los argentinos alientan, tienen mucha fe, mucha pasión por el fútbol y queda demostrado en cada ocasión. Dentro de la cancha era emocionante ver familias alentando, cantando y sufriendo cada minuto, pero siempre apoyando a la selección.
