Desde un taller en Córdoba, nacen pelotas únicas, artesanales y personalizadas

En Río Tercero, un artesano crea pelotas de fútbol personalizadas que se convierten en regalos, recuerdos y goles llenos de emoción. En Pikias Balls, cada balón es cosido a mano, con pasión y pensado para rodar con historia propia. Conocé este emprendimiento que es un... ¡Golazo!


En Río Tercero, provincia de Córdoba, la pasión por el fútbol tomó forma redonda, cosida a mano y con alma propia. Ahí nació Pikias Balls, un emprendimiento que no se limita a fabricar pelotas: crea objetos con historia, balones con identidad, recuerdos que botan en el corazón de quienes los reciben. Detrás del proyecto está Guillermo, un artesano del cuero que decidió hacer realidad un sueño: transformar ideas en pelotas únicas.

Todo comenzó como una propuesta que parecía simple pero que escondía un mundo de posibilidades: “Hacemos pelota tus ideas”. Así, lo que nació como un emprendimiento personal, tomó vuelo propio con pedidos cada vez más personalizados y variados. Desde un diseño que homenajea a un club del interior o un ídolo, hasta una pelota con el nombre de un niño para su cumpleaños, cada trabajo lleva el sello de quien la imaginó… y de quien la hizo real.

Las redes sociales, sobre todo Instagram, fueron claves para mostrar ese proceso y conectar con la comunidad. A través de fotos y videos, Guillermo expone la esencia artesanal de cada balón: el corte del material, la costura prolija, el armado pieza por pieza. Nada es industrial, todo tiene dedicación, oficio y detalles. Y eso, en un mundo donde lo masivo abunda, marca la diferencia.

Desde un diseño que homenajea a un club del interior o un ídolo, hasta una pelota con el nombre de un niño para su cumpleaños, cada trabajo lleva el sello de quien la imaginó… y de quien la hizo real.

“Hacemos pelota tus ideas”

En poco tiempo, Pikias Balls logró posicionarse como una marca reconocida por la calidad, la estética y el toque emotivo. Porque acá no se trata solo de pelotas: se trata de lo que representan. Un regalo para papá, un recuerdo de un campeonato, una sorpresa para un fanático. Esas pequeñas-grandes historias que se entrelazan con la forma redonda del objeto más amado del planeta.

Ya se vendieron decenas de modelos. Algunos inspirados en camisetas icónicas, otros con los colores de clubes locales, con escudos, frases, fechas especiales. Hay pelotas que se usan para jugar, otras que se guardan como trofeo o decoración. Y cada una va acompañada de una presentación cuidada, lista para emocionar a quien la reciba.


El crecimiento no tardó en llegar. Pikias Balls fue invitado a participar en eventos como Córdoba Emprendedora, donde su propuesta artesanal se destacó por su originalidad y compromiso con el oficio. Incluso sus balones llegaron al mismísimo estadio Mario Alberto Kempes, donde rodaron en una jornada inolvidable, como si el destino le diera un guiño a ese sueño que comenzó en un taller humilde.

Más allá del producto, lo que emociona es el mensaje que transmite el proyecto: la idea de que un balón también puede ser arte, memoria y emoción. Que el fútbol no está hecho solo de goles, sino también de símbolos. Y una pelota artesanal, con nombre propio y detalles únicos, puede convertirse en un símbolo eterno.

Guillermo disfruta cada parte del proceso. Desde los primeros trazos de diseño hasta el momento en que el paquete viaja hacia su destino, todo es una ceremonia. Dice que lo que más le gusta es ver las reacciones de los clientes, recibir mensajes de agradecimiento, fotos de niños abrazando su pelota, o clubes que exhiben orgullosos su diseño personalizado.

un balón también puede ser arte, memoria y emoción porque el fútbol no está hecho solo de goles, sino también de símbolos.

Pikias Balls no detiene su marcha. El proyecto sigue creciendo, sumando seguidores, multiplicando pedidos, cruzando fronteras dentro y fuera de la provincia. Los sueños a futuro incluyen nuevas líneas, colaboraciones especiales y quizás, algún día, ver una de sus pelotas en la cancha de algún equipo profesional. ¿Por qué no?

Porque cuando una pelota nace desde el corazón, no hay quien la pare. Rueda sola, encuentra caminos, genera historias. Como las que nacen en ese taller de Río Tercero, donde un puñado de materiales, manos hábiles y pasión futbolera se convierten en goles de alegría. Así se juega este emprendimiento. Y va ganando por goleada.

Más info: Instagram Pikias Balls