“Cornhole”: Un deporte que apunta alto en Córdoba

Este nuevo deporte mezcla técnica, puntería y competencia sana. Lo que comenzó como un juego recreativo se transforma en una disciplina con reglas, clubes y competencias. En la provincia ya se arman torneos y entrenamientos semanales.

¿Qué es el cornhole y cómo se juega?

Cornhole que en inglés se traduce literalmente como “maíz-hoyo” es un juego de precisión que consiste en lanzar bolsitas rellenas de maíz hacia un tablero de madera con un agujero en su parte superior.

Se enfrentan dos jugadores o equipos, y cada participante lanza cuatro bolsitas por ronda. Las normas oficiales indican que los tableros estén separados a unos 8,23 metros de distancia.

La puntuación funciona así: cada bolsa que entra en el agujero suma tres puntos, y si queda sobre la superficie del tablero, suma uno. Al terminar la ronda, se usa un sistema de “puntaje de cancelación”: se comparan los puntos de ambos jugadores, y sólo la diferencia sirve para avanzar en el marcador. Gana quien primero alcance 21 puntos.

Cornhole es un juego de precisión que consiste en lanzar bolsitas rellenas de maíz hacia un tablero de madera con un agujero en su parte superior. cada bolsa que entra en el agujero suma tres puntos, y si queda sobre la superficie del tablero, suma uno.

¿Dónde se practica y quiénes
lo juegan en Córdoba?

En la provincia de Córdoba el cornhole ya tiene presencia concreta. En Oncativo, por ejemplo, funciona el primer club organizado de Argentina dedicado a esta disciplina, donde se reúnen jugadores todos los martes y viernes para practicar.

Su líder local, David Villegas —también presidente de la Asociación Argentina de Cornhole— se prepara para competir en el Mundial en Croacia, junto con otros jugadores nacionales.

Además, en la ciudad de Córdoba y alrededores la disciplina va ganando visibilidad gracias a eventos informales, encuentros comunitarios y la difusión por redes sociales, instituciones deportivas alternativas y ferias. Distintas personas de todas las edades participan: desde jóvenes hasta adultos, debido a que el juego no exige condiciones físicas extremas, sino más bien concentración, técnica y constancia.

El cornhole en Córdoba podría representar algo más que un pasatiempo: una disciplina emergente con potencial de crecimiento si logra consolidar apoyos institucionales, continuidad en la práctica y visibilidad.

El crecimiento del cornhole local no está exento de desafíos. Uno de los mayores es el desfinanciamiento: aunque ya hay reconocimiento, conseguir el apoyo económico para cubrir viajes, materiales y logística sigue siendo una tarea ardua. Tal es así que se organizan rifas u otras actividades para recaudar fondos para participar en torneos fuera del país.

También hay una necesidad clara de mayor infraestructura y de formalización del deporte: reglamentos, espacios dedicados, suministro de materiales homologados (tableros, bolsas) y capacitación de árbitros o guías ayudan a sostener la disciplina. Algunos ya están trabajando en esas líneas.

El torneo mundial al que asistirá Villegas marca un hito: es una oportunidad para medir el nivel local frente al internacional, traer experiencias, contactos y motivación para quienes recién se inician.

El cornhole en Córdoba podría representar algo más que un pasatiempo: una disciplina emergente con potencial de crecimiento si logra consolidar apoyos institucionales, continuidad en la práctica y visibilidad. Y para quienes ya juegan, cada lanzamiento es parte de una apuesta: de transformar lo que para muchos es novedad, en algo arraigado, vivido, compartido.

Más info: cornholearg.oficial