
Fundación Proyecto Animal es una organización dedicada al rescate y rehabilitación de perros —y en algunos casos también gatos u otros animales— que han sufrido abandono, maltrato o decomisos judiciales. Desde denuncias anónimas o intervenciones en siniestros, la fundación realiza rescates, los atiende médicamente si lo requieren, los rehabilita y luego gestiona su adopción con hogares responsables.
Muchos de los perros llegan judicializados, después de ser rescatados de situaciones de maltrato extremo. Otros simplemente fueron descartados por quienes deberían haberlos cuidado.

Profesionales de la salud animal reciben a cada nuevo integrante con una revisión minuciosa. Si hay fracturas, infecciones o enfermedades crónicas, el tratamiento inicia de inmediato. La prioridad es devolverles el bienestar físico que otros les negaron.
Una vez estabilizados, el desafío continúa en el plano emocional. La “manada terapéutica” —como llaman al grupo de perros más sociables— se convierte en la mejor medicina para quienes ya no confían en nadie. Juego, compañía y contacto cotidiano con voluntarios ayudan a recuperar la seguridad perdida.

Para muchos, el paso siguiente es conocer un hogar de tránsito: familias que los cuidan mientras esperan a las definitivas. Allí aprenden otra vez lo básico: comer tranquilos, caminar sin miedo, recibir caricias sin sobresaltos.
Para Fundación Proyecto Animal, el verdadero cambio no está sólo en rescatar, sino en evitar que haya más víctimas. Por eso insisten en la educación, la castración, la denuncia del maltrato, y en construir una conciencia colectiva sobre el cuidado animal
Entres rescates, cuidados y adopciones
El equipo de voluntarios sostiene la tarea con una entrega admirable. Hay quienes limpian, quienes entrenan, quienes trasladan perros a controles y quienes simplemente pasan tiempo a su lado para que no se sientan solos. Sin ellos, esta historia no tendría capítulos felices.
Las jornadas de adopción son un momento clave. Detrás de cada entrega, hay un proceso riguroso para asegurar que el final sea distinto de aquel comienzo doloroso. Cuando un perro se va con su nueva familia, la emoción se contagia. Porque todos saben que ahí empezó una vida nueva.
Actualmente, la fundación alberga decenas de animales bajo su cuidado, entre residencia permanente, casas transitorias y hogares de voluntarios. Además del rescate, promueven la castración responsable y realizan talleres educativos en escuelas, para fomentar una cultura de respeto y cuidado hacia los animales desde edades tempranas.

Ahora bien, La Fundación no se limita a rescates aislados: en situaciones de desastres, inundaciones o emergencias, moviliza sus recursos para asistir animales que quedaron vulnerables. Su trabajo incluye también denuncias judiciales, actos de rescate en villas o zonas vulnerables, lo que demuestra un fuerte compromiso social y una mirada amplia sobre la protección animal.
Hoy, Fundación Proyecto Animal es un faro en la ciudad: un lugar donde la sociedad asume que proteger a los animales también la dignifica. La educación en escuelas y la promoción de la castración responsable apuntan al objetivo más grande: que no haya más perros esperando ser rescatados.

Quienes quieran ayudar pueden hacerlo a través de donaciones de insumos, alimento o medicamentos; sumarse como voluntarios; ofrecer un hogar de tránsito; o comprometerse como padrinos mensuales.
Para Fundación Proyecto Animal, el verdadero cambio no está sólo en rescatar, sino en evitar que haya más víctimas. Por eso insisten en la educación, la castración, la denuncia del maltrato, y en construir una conciencia colectiva sobre el cuidado animal. El objetivo es que cada perro o gato tenga un hogar digno, antes de que sea demasiado tarde.

Quienes quieran ayudar pueden hacerlo a través de donaciones de insumos, alimento o medicamentos; sumarse como voluntarios; ofrecer un hogar de tránsito; o comprometerse como padrinos mensuales. También pueden difundir las campañas de adopción y acompañar las jornadas abiertas que la fundación organiza. Cada aporte —grande o pequeño— representa una pata de ese nuevo hogar que muchos perros buscan.
No hay descanso ni feriados cuando se trata de salvar vidas. Cada historia que se transforma es el motor para seguir adelante. En Córdoba, centenares de perros ya conocen esa sensación que parecía perdida: la de sentirse amados. Y gracias a esa segunda oportunidad, vuelven a mover la cola sin miedo.
Más info: @fundacionproyectoanima






