Por Casandra Quevedo
Para la sorpresa de muchos, después de 21 años, COMADREJA baja el telón y apaga la música y las luces. A causa de la pandemia, uno de los clásicos rincones de la comunidad salsera de Córdoba ubicado en Av. Monseñor Pablo Cabrera 3308 de B ° Zumarán dejará de funcionar.
Aún conmovido y consternado por este desenlace inesperado, Rodrigo Perazolo (39 años), profesor de baile, producto de eventos, vecino de B ° Zumarán y copropietario de COMADREJA dialogó con EXPRESIÓN NORTE para explicar los motivos que derivaron en esta dura decisión de cerrar las puertas del tradicional local bailable de salsa y bachata: “Nos sentimos apoyado por la gente y estamos súper agradecidos por todos estos años que nos brindaron y nos acompañaron, pero lamentablemente no tuvimos el apoyo gubernamental, ni provincial ni municipal, que esperábamos a causa de la Pandemia y tuvo que tomar esta decisión tan dura y difícil … Ya no teníamos otra opción, aguantamos todo lo que pudimos y le buscamos la vuelta de muchas maneras “.
¿Por qué decidieron cerrar sus puertas?
Decidimos cerrar las puertas porque lamentablemente nuestros costos son muy elevados para poder mantenerlos. Lo que fue enero y febrero habíamos hecho una inversión muy grande en lo que era sonido e iluminación del local, a causa de eso no nos quedó mucha espalda para mantenernos por más tiempo. Tomamos la decisión principalmente porque sabemos que esto (la pandemia) va para largo y lamentablemente no hay ningún apoyo. Fue con mucho dolor pero sabiendo que es lo menos perjudicial para un futuro próximo. Tratamos de reinventarnos para ver si podíamos abrir como bar y después de 21 años, nuestro público ya está acostumbrado de una manera y es muy difícil revertir eso. Lamentablemente desistimos.
¿Cuántas personas pasaban por año a bailar y cómo se manejaron durante la “Pandemia”?
En Comadreja hacíamos 80 eventos por año y eran 400 personas por evento. La verdad que era un punto de encuentro y un espacio cultural muy importante para córdoba. No había algo como este formato. Al último, Comadreja se había convertido en un multiespacio para todas las edades. Teníamos 500 alumnos fijos tomando clases. En la pandemia directamente no funcionamos. En enero y febrero estuvimos cerrados, el 13 y 14 de marzo nos llamaron para decirnos que no íbamos a poder abrir. A partir de ahí tuvimos una invitación en agosto para funcionar como bar, pero solo funcionamos en un 30%. También pudimos abrir como academia de danzas durante 3 semanas y nos hicieron cerrar de nuevo. Esta semana abrimos nuevamente para saber qué iba a suceder con esto, pero lamentablemente la academia solo representa un 20% de nuestros ingresos,
¿Qué se sienten al tomar esta determinación tan complicada?
Tomar esta decisión fue algo complicado porque es un negocio familiar, que nos ha costado muchísimo tiempo llevarlo a un lugar importante para la cultura, porque Comadreja es conocido a nivel mundial en el ambiente de la salsa y la bachata. Lo que más vamos a extrañar es estar todos los fines de semana reunidos para organizar, también el contacto con la gente, los vínculos que hemos generado ahí adentro.
¿Cómo creen que será recordado COMADREJA?
Nosotros a esto no lo vemos como un “adiós”, una despedida o cierre definitivo. Para nosotros es una pausa y un intervalo. Lo que vamos a cerrar es el espacio físico. Comadreja ya es una marca impuesta, es la gente, los artistas que siempre participan y nosotros. Está en nuestra cabeza volver a abrir Comadreja cuando esto pase, no en el mismo lugar, pero si donde podamos seguir haciendo todo lo que hicimos hasta ahora. Esto es lo que amamos, lo que nos gusta y llena de felicidad. Vamos a volver más fuertes que nunca.
