Todo comenzó como un juego para su hijo Vicente, de apenas cinco años. Santiago Allende, vecino de barrio Güemes, se enteró de que en el festival Across The Road MotorFest 2021 en Laguna Larga habría una carrera de tapas de válvula. “Decidí comprarme una soldadora, conseguir una tapa de válvula y armar el autito para que participara”, recuerda con emoción. Lo que no imaginó en ese momento fue que ese primer impulso se convertiría en una pasión desbordante.
Hoy, con 37 años, Santiago es el creador de una llamativa colección de autos y camiones antiguos a escala, construidos completamente a partir de piezas recicladas: tapas de válvula, pistones, tanques de nafta, engranajes, chapas oxidadas, hasta tapas de gaseosa. “Con cada pieza que fui encontrando tuve una visión desde el primer momento del auto que iba a fabricar”, explica. Así, lo que para muchos es descarte, para él es materia prima.
La estética de sus vehículos se apoya fuertemente en estilos como el Hot Rod, Rat Rod y Street Rod, aunque también cuenta con joyas como una Baquet 1920 y un Tractor John Deere 1935. Cada unidad tiene una historia, pero hay una que se destaca: la Coupe fabricada con una tapa de válvula de Renault 12. “Me la regaló mi gran amigo que ya no está, Raúl ‘Rulo’ Sotomayor. Fue la primera vez que soldaba, era para mi hijo y fue un desafío permanente. Por eso es la más especial para mí”.
“Para fabricarlos utilizo tapas de válvula, pistones, tanques de nafta, engranajes, chapas oxidadas, hasta tapas de gaseosa. No realizo los autitos con el fin de venderlos, son mi colección personal, hechos con chatarra y mucho amor”
Chatarra que se vuelve arte fuerte
Para conseguir los materiales, Santiago recorre chatarrerías, visita talleres mecánicos de amigos e incluso se detiene en contenedores por si algo útil aparece. “Muchas piezas fueron donadas por personas que saben lo que hago. Incluso uso tapas de gaseosa o aderezos. Todo puede ser parte de un auto”, comenta entre risas. Su mirada está entrenada para ver potencial en lo que otros descartan.
Aunque muchas personas le han ofrecido comprar sus piezas, Santiago asegura que no fabrica con fines comerciales. “No realizo los autitos con el fin de venderlos, son mi colección personal, hechos con chatarra y mucho amor”, afirma. Y como buen artista, elige los espacios adecuados para compartir su obra: “Generalmente los exhibo en eventos de autos clásicos donde me han invitado a participar”.
La colección cuenta con 9 piezas, entre ellas: Coupe 1932 Rat Rod, Panel Delivery 1956 Hot Rod, Camión Coe 1941, Ford A Tudor 1928 Street Rod, y hasta un Hot Wheels Bone Shaker. Cada una, construida a mano, lleva el sello de lo artesanal y de la paciencia que solo alguien apasionado puede tener.
“La gente se asombra, les gusta. Algunos identifican las piezas, otros se interesan en comprar o me invitan a sus talleres para seguir encontrando materiales. Me llena de orgullo”, relata “Santi”, quien disfruta especialmente de compartir estos momentos junto a su familia y amigos. “Eso también es parte de lo que significa esta colección para mí”.
La colección cuenta con 9 piezas, entre ellas: Coupe 1932 Rat Rod, Panel Delivery 1956 Hot Rod, Camión Coe 1941, Ford A Tudor 1928 Street Rod, y hasta un Hot Wheels Bone Shaker. Cada una, construida a mano, lleva el sello de lo artesanal
Mirando hacia adelante, sueña con que su trabajo se conozca más. “Me gustaría que más personas vean lo que se puede hacer con un caño, una tapa o un pedazo de chapa oxidada”, asegura. En tiempos donde el descarte reina, su propuesta revaloriza el hacer manual, la reutilización y la creatividad.
Cuando se le pide definir su obra, Santiago no duda ni un segundo: “Es arte fuerte”. Y basta con mirar cualquiera de sus piezas para entender que no exagera. Su pasión no solo dejó huella en cada centímetro de metal, sino también en quienes se cruzan con su historia.
Más info: santiallendefuentes