En un mundo marcado por la adversidad y la desigualdad, hay quienes eligen enfrentar los desafíos con un corazón lleno de solidaridad, empatía y una determinación inquebrantable. Ana María, Luis (Simón), Beto y Andrea son de esas personas extraordinarias que junto a un grupo de voluntarios han dedicado los últimos doce años de sus vidas a la noble causa de brindar alimentación, contención, ayuda y esperanza a aquellos que más lo necesitan.
En el Comedor Nocturno de calle Obispo Salguero ofrecen cena para 200 personas, de lunes a viernes; mientras que en el espacio que les brinda la Parroquia del Pilar, entregan alimentos a más de 200 personas una vez al mes.
“Desde el año 2012, conducimos a través de la Asociación Esperanza, a un grupo de voluntarios para brindar un buen almuerzo de lunes a viernes a gente en situación de vulnerabilidad extrema. Atendemos a 100 personas por día de lunes a viernes, y antes de la pandemia, habilitamos dos duchas en el lugar. Precisamente, las restricciones de la pandemia transformaron los almuerzos en módulos con alimentos secos que nos envía Adultos Mayores del Ministerio Cordobés. A esas 100 cajas, las fraccionamos en 250 bolsones bien abundantes para aquellos de quienes llevamos un registro de su problemática y necesidad”, expresaron las caras visibles de este Grupo de Voluntarios, y agregaron: “El encuentro mensual nos permite estar al tanto de su situación, muchos vuelven a su trabajo, otros se mudan de localidad, hay quienes reciben la jubilación y así se renueva la población”.
Básicamente, ¿Qué productos están necesitando?
Necesitamos elementos de higiene personal (desodorante, jabón, champú, lavandina, etc), como así también zapatillas usadas y limpias, y medias limpias, no hace falta que sean nuevas. Además, pañales para niños y adultos. Son muy importante las bolsas de residuos, el champú, bidones de agua, yerba y azúcar, etc. Los que quieran acercarnos alguna ayuda, pueden hacerlo a la Parroquia del Pilar (Av. Olmos 254) de Martes a viernes de 17 a 20hs. Allí nos la derivan. Como somos voluntarios no tenemos un horario estable, por eso es mejor a la Parroquia.
“hoy Necesitamos imperiosamente elementos de higiene personal como así también zapatillas, medias y pañales”
¿De qué otra manera colaboran a parte de estas donaciones?
Siempre nos surge alguna problemática que acompañamos especialmente: un alquiler, ayudar a un traslado, pañales para adultos, pasajes, gestiones y derivaciones varias, etc.
“Mirar alrededor, escuchar y dedicar mi tiempo, me hace crecer como ser humano, reconocer que la vida tiene sentido si estoy disponible para los demás. Somos un puente que recibe y traslada a quién más lo necesita”
¿Qué representa para ustedes llevar adelante esta acción solidaria?
Ser voluntarios nos hace sentir al lado del otro, poniendo un granito de arena ante tanto dolor. Aprendemos todos los días: cuánta capacidad de resistencia, cuántos muchachos muy capacitados sin trabajo, con changas esporádicas, cuánto trabajo en negro mal remunerado, cuántos mayores con jubilaciones mínimas habiendo trabajado toda su vida, cuántas mujeres solas llevando su casita con toda dignidad, muchos jóvenes luchando para salir de la droga y que cuando son tratados con respeto a su dignidad, largan historias terribles. Mirar alrededor, escuchar y dedicar mi tiempo, me hace crecer como ser humano, reconocer que la vida tiene sentido si estoy disponible para los demás. Somos un puente que recibe y traslada a quién más lo necesita. Es mucha responsabilidad hacerlo lo mejor posible. Muchas veces soñamos con proyectos de promoción pero hoy estamos viviendo un panorama de supervivencia para muchos y ahí queremos acompañar. Somos felices de poder acompañar a quiénes tanto lo necesitan y tanto nos enseñan día a día.
Más info: Cel. 3518 08-3654 (Ana María)