Colmillo de Lobo: pasión medieval convertida en lucha deportiva

En Córdoba, este club revive la Edad Media con armaduras, espadas y combates reales: un deporte de contacto basado en recreacionismo histórico que combina entrenamiento, comunidad y competición

La primera vez que uno entra al Valhalla Multiespacio, sede de Colmillo de Lobo en Av. Maipú 396 (Centro), la sensación es transportarse a otro siglo. Allí se respira un aire vikingo: cascos, cotas de malla y escudos alineados como centinelas, y el sonido seco del acero que roza la madera. Este no es un club de disfraces, sino un centro de combate medieval con reglas, entrenamientos y eventos reales.

Desde hace casi cinco años, la agrupación cordobesa se entrena como un equipo de deporte real, mezclando artes marciales, esgrima histórica y herrería. “Es un deporte europeo donde se mezclan artes marciales, esgrima medieval, herrería, historicidad y muchas otras cosas”, explica Federico, el “Vikingo Lobo”.

Los trajes con los que combaten no son meras réplicas: cada armadura de cuerpo completo pesa entre 30 y 35 kilos, diseñada bajo estándares históricos y construida por los propios integrantes o talleres aliados. Gastos, horas de trabajo y dedicación convergen en estas piezas imponentes.

“Es un deporte europeo donde se mezclan artes marciales, esgrima medieval, herrería, historicidad y muchas otras cosas”

El entrenamiento es intenso: tres veces por semana se combinan ejercicios de acondicionamiento físico con prácticas de técnicas de combate puños, derribos, agarres, manejo de arma primero sin armadura y luego directamente enfundados en el equipo completo.

De la fantasía al combate real

Como disciplina reglamentada, el combate medieval tiene categorías individuales y grupales (conocidas como buhurt), siguiendo normas internacionales que determinan tipos de armamento, nivel de historicidad, zonas permitidas de impacto y protocolos de seguridad.

La comunidad también es clave: Colmillo de Lobo define su estructura como una “hermandad medieval” donde cualquiera puede integrarse sin pago de ingreso. El entrenamiento formal sí requiere una tarifa mensual, que incluye acceso tanto a clases como a actividades complementarias.

Será difícil encontrar un ambiente más inclusivo: desde históricos entusiastas hasta mujeres que se colocan armaduras de más de 20 kilos para combatir. Córdoba ya cuenta con participación femenina aunque aún menor al resto del país.

Los trajes con los que combaten no son meras réplicas: cada armadura de cuerpo completo pesa entre 30 y 35 kilos, diseñada bajo estándares históricos y construida por los propios integrantes o talleres aliados.

Los encuentros y exhibiciones que organiza el club son abiertos al público, tanto en su sede como al aire libre, con entradas accesibles, y suelen incluir además espacio para videojuegos, juegos de mesa y charlas informativas sobre la disciplina.

Así, lo que empezó como una pasión por la historia, los videojuegos o las armaduras de antaño, se convirtió en una práctica deportiva: combate físico que exige técnica, estrategia, resistencia y corazón. Colmillo de Lobo ya forma parte del crecimiento del combate medieval en Argentina, un fenómeno que reúne actualmente más de 20 clubes nacionales, con presencia inclusiva y ambiciones de representación regional e internacional

Más info: colmillo.de.lobo