Por Casandra Quevedo
Si pasás por Costanera Norte, cerca de la calle Zípoli, podés toparte con una increíble construcción antigua, más conocida como el Castillo Bermann. Hoy en día, está ubicado en medio de las torres de edificios Ópera Park, pero muy poco se sabe de sus orígenes, aunque hay una especie de leyenda que quedó con el paso de los años.
La misma afirma que le pertenecía a un conde, pero hay gente que dice que en realidad se trataba de un príncipe. La hipótesis más certera es que el dueño fue un extranjero que se enamoró de la zona y mandó a construir una vivienda en el año 1920, muy parecida a un castillo que se encuentra a orillas del Rin (Alemania).
Se dice, que años después este castillo fue transferido a Ramón Cárcano, quien lo usaba como casa de fin de semana. Cabe destacar que en esa época en la zona había muchas casas quinta de uso familiar, que le pertenecían a familias muy adineradas. Después, el siguiente dueño fue Gregorio Bermann (como el nombre actual de la construcción), un psiquiatra y filósofo argentino.
Bermann fue un destacado profesional y su trabajo en el campo de la salud mental le brindó reconocimiento internacional. Además, fue uno de los estudiantes que protagonizaron la Reforma Universitaria y conoció en persona al mismísimo Sigmund Freud en 1932.
Durante esos años, el renombrado psiquiatra le dio el nombre al castillo e instaló ahí el Instituto Neuropático de Córdoba, el cual funcionó hasta 1995 en el castillo. Después, tras su muerte, sus hijos Claudio y Sylvia, continuaron dirigiendo la institución. Pero en 1976, Claudio fue secuestrado por la dictadura. Su hermana tuvo que exiliarse. Al comienzo de la democracia regresó al país y continuó con la gestión del instituto.
Si bien no se sabe con exactitud por qué se terminó deteriorando la propiedad, circula la versión de que durante los años 90, la institución tenía un contrato con la Nación para atender pacientes de PAMI. Pero el arreglo se habría perdido porque Sylvia se negó a pagar un soborno. Fue ahí cuando, debido a la falta de fondos, el edificio fue apropiado por bancos acreedores.
Ahí es cuando entra en la historia Grupo Proaco, quién hoy mantiene el Castillo Bermann. La empresa construyó ahí el complejo de edificios de lujo “Ópera Park”, 4 torres residenciales en los más de 20 mil metros cuadrados de la propiedad. El castillo fue restaurado y fue conservado como una especie de club house. Si bien lo cuidan hasta la actualidad y se había dicho que iban a abrir sus puertas para que todos los cordobeses, este edificio no fue convertido en patrimonio histórico de Córdoba y sigue siendo propiedad privada.