Cuando las palabras dicen mucho más de lo que se escribe…

Jeremías Moyano Tello tiene 18 años recién cumplidos y, como muchos jóvenes, se encuentra ávido por expresar sus vivencias, sentimientos, experiencias e ideas. En este caso, “Jere” encontró en la literatura un nicho de libertad creativa, que lo motivó a escribir cientos de páginas manuscritas con historias originales y con temáticas sociales; hasta tuvo participación en un libro recientemente editado.

Jeremías vive en barrio Quintas de Arguello, pero dos veces por semana asiste a la Fundación Anahes (ubicada en barrio Villa Cabrera) debido a su diagnóstico de Asperger. Pero, en realidad, esta razón es totalmente secundaria porque, en ese lugar, sus potencialidades innatas se expanden y eso es lo que lo motiva a seguir asistiendo. Después de finalizar sus estudios secundarios en el I.PE.M. 162, Ing. Víctor Ree, ya se encuentra cursando el ingreso en la carrera Mecatrónica, de la Universidad Tecnológica Nacional. En medio de sus obligaciones y ocupaciones personales, parte de su tiempo es dedicado a una de sus predilecciones: la escritura. Con él dialogamos para conocer un poco más de su habilidad para las letras.

Jere… antes de hablar de tu libro, me comentabas fuera de entrevista que estás estudiando Mecatrónica, ¿por qué la elegiste esa carrera?

Tengo algunos objetivos personales que quisiera cumplir, pero que los reservo para mí. Aunque también quisiera ayudar a gente con problemas motrices, o que hayan sufrido accidentes, para que puedan tener movilidad de nuevo con la ayuda de la tecnología. La mecatrónica puede ayudar a la gente que lo necesite.

¿Qué te inspiró a tomar esa decisión?

Una vez vi a un perro que no podía mover sus patas traseras, entonces se me ocurrió que yo podría construir un exoesqueleto que se conectara a los impulsos eléctricos del cerebelo para mover esa estructura y que el perro pueda caminar. Si bien desde chico quiero estudiar esta carrera, pero haber visto a ese perro me lo confirmó. Va a ser muy difícil, pero va a valer la pena.

Pero también escribís y tuviste participación en un libro… ¿verdad?

Sí. Al libro lo hicimos un conjunto de talleres de escritura que se dan en el C.P.C. de Arguello. Yo estaba en el taller llamado “Rayuela”, pero había otros más. Todos son jóvenes de la zona de ese C.P.C. que van a este lugar para mejorar su escritura y expresión.

¿Cómo llegaste a estos talleres?

Por recomendación de un profesor, quise unirme a un taller de escritura, porque tengo facilidad para escribir. Entonces, me enteré de estos talleres y por mi propia cuenta me inscribí. Ya desde Tercer Año de la secundaria comencé con la escritura, pero hacía cuentos mediocres al principio…

Bueno… no creo que hayan sido “mediocres…”

(Sonríe) Bueno… pero eran las primeras cosas que escribía. Pero en Cuarto Año de la secundaria, tuve que redactar un texto para exponerlo, y a pesar de que tengo miedo escénico, pude hacerlo.

Entonces, con el tiempo, fuiste mejorando tu escritura… ¿Cómo fue ese proceso?

Leí muchos libros, muchos libros… por ejemplo, “Los ojos del perro siberiano”, de Antonio Santa Ana. Algunos eran cuentos y de fantasías, y otros libros enseñaban técnicas para escribir. Pero principalmente, aprendí mucho en el taller de escritura del C.P.C.

¿Cómo se llaman los cuentos que escribiste para el libro y de qué se tratan?

El primero se llama “La ciudad de los ricos y la zona en cuarentena”, que se trata de un presidente muy corrupto y las consecuencias que genera. El otro cuento se llama “Muerte por Paranoico”, que se trata de una persona esquizofrénica con algo de Trastorno Obsesivo Compulsivo, y que ve a todo el mundo como enemigo.

¿De dónde te inspirás para escribir sobre estos temas?

Me salen… supongo que son una mezcla de sueños con videos de YouTube (sonríe). Mis amigos me decían que tenía que ir a un psicólogo, ¡jajaja!

¿En qué momentos escribís?

Podía estar toda la mañana escribiendo en la escuela, pero aprovechaba principalmente los talleres del C.P.C. Pero es algo que me gusta, así que lo hago rápido y no me cuesta.

¿Quisieras dedicarte a la escritura en un futuro?

No lo he pensado. Supongo que sería algo difícil, pero no pensé la posibilidad. Quizás termine siendo un hobbie.

Por último, ¿te gustaría dejarles un mensaje a los lectores de esta nota?

Que se esfuercen por sus sueños y que tengan expectativas para la vida. Si bien el presente es importante, pero también es importante el futuro y algunas cosas del pasado.

“Sus escritos son la forma de expresar lo que él siente”

Por: Noemí Tello (mamá de Jeremías)

Es difícil precisar desde cuándo a Jeremías le gusta la literatura. Pero sí es un dato, el hecho que su hermana mayor le leía cuentos a la noche, cuando él era chico. Esto provocó que su hermana menor tenga un inmenso gusto por la literatura pero, en realidad, a los tres les gusta muchísimo. Las veces que puedo ir a la librería, dejo que ellos tengan contacto con los libros, se tomen su tiempo y elijan libremente. Más adelante, cuando él estaba en la Primaria, escribió un poema para una chica que le gustaba. Ese fue uno de sus primeros escritos que mostró. Ya en Tercer Año del Secundario, una profesora de Historia me comentó que sus respuestas en las pruebas eran relatos. Fue ella quien me incentivó para que buscara un taller de escritura para Jere, y así dimos con el que se dicta en el C.P.C. de Arguello.

Sus escritos son la forma de expresar lo que él siente y sus pensamientos. Tienen mucho de fantasía y, generalmente, escribe en primera persona. Una de sus tías, mi hermana mayor, brinda un taller de escritura y, en ese espacio, ella mostró los textos de Jeremías y sus compañeros le comentaron que, por el estilo de escritura de Jere, él podría ser escritor. Yo no sé si quisiera que él lo fuera precisamente, pero si alguna vez puede publicar sus escritos, sería algo muy lindo. Lo que es seguro que quiero en el futuro para él, es que sea un profesional de lo que él le guste. Queremos que nuestros hijos sean felices.