De la Parroquia San Fermín de B° Los Paraísos a la misión en la Amazonía peruana

Flavia Cuadro es docente y psicopedagoga, vive en B° Los Paraísos y forma parte del proyecto misionero de la Iglesia Argentina. Desde abril de este año se encuentra trabajando en la selva de Perú. Desde allí nos contó todas sus vivencias.

Amazonía Peruana

En Octubre se celebra el Mes Misionero en todo el mundo y Flavia Cuadro, vecina de B° Los Paraísos, le rinde tributo llevando adelante una Misión en la Amazonía peruana desde abril de este año.

Actualmente se encuentra en la selva, en Vicariato de Puerto Maldonado (Perú) trabajando con la Parroquia Santa Rosa – Pichari con las comunidades misioneras de Mantaro y Chirumpiari. Junto a la misionera de la Parroquia Nuestra Señora de Luján y San Fermín de B° Los Paraísos y de la Arquidiócesis de Córdoba trabajan otras siete personas.

“Aquí cuesta conseguir señal de celular y prácticamente no hay internet, ya que estamos en la selva. Básicamente, vamos a las comunidades, los visitamos, escuchamos y participamos de las celebraciones que organizan, aprendiendo de ellos y de su cultura ancestral, disfrutando la misión que el Señor nos envia”, expresó Flavia, en diálogo exclusivo con EXPRESIÓN NORTE desde la gran selva tropical de América del Sur.

“Cuando salimos, llevamos: carpa, bolsa de dormir y lo necesario para compartir con los hermanos, más tiempo y acomodarnos en el lugar que nos ofrecen con cariño y fraternidad. Y así, sentimos que de a poco se va despertando la Fe y vemos como sus vidas van entrando en un estilo más comunitario, camino a comunidades vivas en torno a Jesús”, explicó la docente y psicopedagoga cordobesa.

Luego agregó: “En nuestras mochilas cargamos repelente, gorras, zapatillas, agua, el Rosario y muchas ganas de conocer y compartir la vida de nuestros hermanos “Vrainos” (de Vraen) y así vamos sintiendo en nuestro corazón que vale la pera cualquier sacrificio, y
vamos experimentando que nos van recibiendo con alegría, con ganas de ser escuchados y
acompañados, y que quieren aprender de Dios; los niños, especialmente, tienes ganado nuestro corazón; acercándose con mucho entusiasmo regalándonos sus abrazos y a
veces también nos toca secar sus lágrimas. Además de acompañar, nosotros nos sentimos
acompañados y parte de la vida de los hermanos que nos comparten sus historias”.

Sobre cómo son los días en territorio peruano, Flavia precisó: “Cada día es diferente a
otro. Empezamos en Oración y luego a dedicarnos a las tareas que tenemos organizadas y las que el Señor nos va presentando, y lo que es común a todos los días es la maravilla del paisaje y cómo Dios nos habla a través de la belleza de esta naturaleza de la selva. Una anécdota de la misión es el encanto de los niños, que nos buscan y como no hay puertas, de repente estamos haciendo las cosas y tenemos niños allí, y ya los sumamos a la actividad. ¿Otra curiosidad? Los desayunos son Sopa de pescado, caldo de gallina o pescado frito”.

Por último, la misionera de B° Los Paraísos dede hace 36 años compartió una frase de Apuchita (Beata Agustina Rivas López, martir del VRAEM) con la que se identifica: “Cuando cada noche repaso el día que transcurrió… Me examino sobre el amor con el que viví mi jornada”.-

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