Desde 1993, Adriana González es la encargada de cuidar la entrada de la Escuela Leopoldo Lugones. Muchos de los padres que llevan a sus niños hoy al colegio alguna vez fueron sus alumnos también, y le devuelven gran parte del cariño que dió en todos sus años de servicio a las diferentes generaciones de alumnos.
¿Cuándo y cómo empezaste a trabajar en la Escuela Leopoldo Lugones?
Mi ingreso fue El 1/11/1993. Llego a la escuela porque hacia falta personal y como me quedaba en la zona, me nombran ahí.
¿Siempre trabajaste en esta Escuela o tuviste otros trabajos?
En el ámbito público si. Siempre trabajé en la escuela, obvio que de joven limpie casa y muchos años en la cancha padle, Los Toldos, ubicada frente de la fábrica barrado, sobre Monseñor Pablo Cabrera. Siendo empleada pública estoy hace 30 años en la misma escuela.
¿Qué es lo que más te gusta de este colegio y qué significa el Leopoldo Lugones en tu vida?
El Lugones es mi segundo Hogar, toda una vida dedicada a esa escuela.
Lo que más me gusta es la comunidad Lugones es que muchos de los papás que llevan a los chicos al colegio fueron alumnos y me tratan con un cariño especial.
¿Por qué elegiste ser Portera?
En realidad no elegí ser portera, en ese momento me dieron la opción de entrar a trabajar a la provincia y acepté donde fuera porque me hacia falta el trabajo, con el tiempo pude terminar el secundario y pasé a tareas administrativas pero sigo siendo la portera. Lo que más me gusta es el contacto diario que tengo con la gente. Se me reconoce por ser simpática y siempre atender a la gente con buena energía.
¿Hace cuántos años trabajas acá? ¿Cuándo te jubilas y qué es lo que más vas a extrañar?
El 1 de noviembre cumplí 30 años. En teoría me jubilo a fin de año.
Voy a extrañar todo, todo lo que significa ir a trabajar, el colegio, la gente, los chicos, los vecinos de la zona que ya me conocen, son muchos años.
¿Quién es Adriana y cómo te gustaría que te recordaran?
Adriana es la cara visible del colegio, la de los gritos, los chistes, las sonrisas, las lágrimas, porque también pasaron momentos tristes.
Me gustaría que me recordar como soy, la portera, la de la sonrisa, la cómplice.
¿Un mensaje que quieras dejarle a los directivos, docentes, padres y alumnos del cole?
Mi mensaje es que nunca se pierda la esencia del colegio, que cuiden a los niños que son el futuro nuestro y la escuela es su segunda casa. Que no dejen de trabajar por vocación. Para todos gracias, para todos los directivos que pasaron, los que están, mis compañeras auxiliares, toda la gente que ha pasado por el colegio y dejó su granito de amor. Infinitas gracias.