Por: Lic. Javier Alday
Para conmemorar este Día de la Fotografía, desde B° Poeta Lugones, el reconocido fotógrafo Gustavo Andino, transmitió su apasionado amor por la profesión.
¿Qué es lo que más te apasiona de ser Fotógrafo?
Roland Barthes dijo en su libro La cámara lúcida: “Lo que la fotografía reproduce al infinito, únicamente ha tenido lugar una vez: la fotografía repite mecánicamente lo que nunca más podrá repetirse existencialmente”. Me pregunto… ¿no es esto algo maravilloso? Con esta disciplina, uno puede conocerse a sí mismo y expresar todo lo que habita en su interior. El estudio de la iluminación es muy amplio y enriquece a todos los que tienen deseos de aprender. Para tomar una foto, hay que poner en una misma línea el obturador y el corazón, para que la fotografía transmita poesía y emoción. Actualmente, trabajo con una técnica propia que consiste en la variación de la energía lumínica que les da movimiento a los objetos estáticos en un lenguaje audiovisual.
En tu caso, también sos docente, ¿No?
Así es. Estoy abocado al honor de la docencia. Me gusta transmitir mis conocimientos, porque lo hago con pasión. Mi desafío es que el alumno se pregunte sobre la naturaleza de la luz, cómo se comporta, en qué lugar del espacio debe ubicarse el fotógrafo de acuerdo con la dirección de la luz natural, analizar el fondo, el ángulo justo, la pose perfecta y mostrar la intención de lo que quiere decir en cada foto. Esto se logra conociendo a fondo su propia cámara.
¿Anhelás la fotografía analógica o agradecés la fotografía digital?
Hoy, la fotografía digital tiene ventajas en casi todos los aspectos sobre la fotografía analógica, pero esta última tiene mayor calidez. En la actualidad, casi todos tenemos una cámara fotográfica, pero no todos son fotógrafos; se puede decir que todos tenemos la posibilidad de tener un lápiz, pero no todos los que lo poseen son dibujantes.
Una fotografía “armada”, ¿carece de valor por sobre la fotografía “espontánea”?
Una fotografía armada también tiene su valor, porque la fotografía también miente. La foto del miliciano de Robert Capa, es la más polémica, es la que toca de lleno este tema. En la guerra civil española -que se dio en 1939- el fotógrafo Robert Capa tomó una foto en donde un miliciano recibe un balazo y reacciona al impacto fatal abriendo sus brazos y cayendo. Los negativos de esta serie de fotografías se perdieron y nunca se sabrá si fue una verdad o una puesta en escena.-
