Cesar “Neno” Aguirre, conocido por su inconfundible voz como cantante de “Dale Q’ Va”, ha dejado una huella imborrable en la música popular cordobesa. Su legado no solo se mide en discos y presentaciones, sino en la pasión y el talento que ha transmitido a su hijo, Joni Aguirre, líder de “Chipote”. Esta es la historia de cómo la música y el amor por el cuarteto han unido a padre e hijo en una travesía musical única.
“El cuarteto es más que música, es un estilo de vida. Ver a mi hijo crecer, hacer su propio camino, triunfar y seguir la tradición del cuarteto es el mejor regalo que podría tener”, afirma orgulloso Neno, nacido en Jesús María en 1980, y agrega: “La música nos une y nos da fuerza. Es nuestro lenguaje común. Joni tiene un gran potencial y estoy seguro que va a conseguir todo lo que se proponga”.
“De niño, era como mi Súper Héroe”
Joni recuerda las primeras veces que subió al escenario junto a su padre, sintiendo la adrenalina y el amor del público. “Ver a mi viejo cantar y sentir cómo la gente lo quería me marcó para siempre. Supe que quería seguir sus pasos. De chiquito lo veía como un súper héroe. Quería acompañarlo a los bailes y vestirme igual”, confiesa.
“Mi papá es mi gran referente. Me encantaría poder llegar como él y cantar toda la vida, trabajo todos los días y semanas para eso”,
Siguiendo los pasos de su Papá, el joven cantante de “Chipote” de 25 años, se crió en los bailes a tal punto de quedarse dormido y ser cuidado por las bailarinas en más de una oportunidad. “Tomé dimensión de quién era él cuando iba a la primaria.Era lindo, cuando volvía de los bailes yo lo esperaba a las 5 o 6 de la mañana y siempre me traía alfajores. Mi papá arrancó a mi edad su carrera, cuando estaba en Banda Express yo recuerdo que cuando volvía del baile, le sacaba el tapado y sus lentes, y me los ponia, me subía a la mesa y cantaba”, recuerda el hijo del ex cantante de “Trulala” y una de las grandes voces actualmente de “Dale Q´ Va” junto a David Ortiz.
“Mi papá es mi gran referente. Me encantaría poder llegar como él y cantar toda la vida, trabajo todos los días y semanas para eso”, expresó Joni.
Para Neno y Joni, la vida es un concierto interminable donde cada día ofrece una nueva melodía. La herencia del cuarteto sigue viva y vibrante, pasando de generación en generación, como un valioso tesoro familiar.-