Día internacional del Síndrome de Down: dos cordobeses que “deciden” por sí solos

Este año, el lema del Día internacional del Síndrome de Down es “Decidimos”. Entrevistamos a “Ruli” y María, dos cordobeses de zona norte para los que su ADN no representa un impedimento a la hora de tomar decisiones como cualquier otra persona, incluso si eso representa un cambio rotundo en sus vidas.

Buscar trabajo

María de los Ángeles Álvarez tiene 26 años, vive con su familia en B° Sargento Cabral y, luego de haber pasado más de la mitad de su vida nadando amateur y profesionalmente (incluso habiendo llegado a competir internacionalmente en Grecia y Colombia), decidió ponerle fin a su carrera deportiva para comenzar una nueva etapa de su vida.

“Mi mejor decisión fue empezar a trabajar y así tener plata para comprar las cosas que me gustan, ir de vacaciones y ser más independiente. Por primera vez pude irme de vacaciones con mi propia plata, con los chicos de natación” afirma entusiasmada María, quien trabaja de martes a sábados en Ferniplast, por medio del programa PPP, del Gobierno de la Provincia de Córdoba.

Además del trabajo, la María asiste tres días a la semana a la Fundación Apadim, donde participa de talleres en los que le enseñan a ser independiente en actividades cotidianas, además de tener espacios y actividades más recreativas como teatro y radio.

Sin embargo, “ella está muy bien integrada con los compañeros y jefes, pero el trabajo que consiguen es solo con ese plan, que lo siguen renovando a los chicos con discapacidad pero con el monto del noviembre 2018 ($4.500). No existe un programa provincial ni nacional para que ellos consigan un trabajo digno, con aportes y obra social”, expresa Cecilia, su madre.

Comenzar a jugar al básquet

Raúl Constantino Varela (Ruli), tiene 22 años y vive en B° Villa Cabrera. Durante 10  años jugó al fútbol en la escuela de Pablo Kratina, hasta que en octubre del año pasado le dijo a Alicia, su mamá: “maaaa, quiero basquet”. Y a partir de ese día decidió cambiar por completo su vida deportiva.

“Le encanta jugar. Tal como lo hacía con el fútbol, él se siente como un jugador profesional (lleva el bolso, se cambia, lleva toallita para secarse y la botellita de jugo bien fría. En estos entrenamientos participa más que en los de fútbol porque tiene una pelota para él, para que practique todo lo que los profes le dicen. Y por supuesto, al ser menos cantidad de jugadores en cancha en básquet, puede participar un poco más del juego” comenta alegre Alicia.

Los entrenamientos de Ruli son en el Club Matienzo los días martes, miércoles y viernes por la tarde, pero él asiste sólo los martes y viernes de 19 a 20 hs, ya que todos los días de 14 a 18 hs va al centro educativo terapéutico CEIDIJ, en B° Urca.

“Su sueño era formar parte de la barra de los bombos del Club Belgrano y tocar el bombo con platillo en cada partido junto con su hermano Martín, lo cual pudo cumplir y lo hizo muy feliz” afirma la mamá de Ruli, para luego agregar: “también sueña con irse a vivir solo con su hermano Martín. A todos los chicos les llega la hora de querer independizarse de sus padres, de hacer su vida y manejar sus tiempos… ¡Y Raúl no es la excepción!”