DISCAS es el primer y único grupo organizado de Córdoba Capital, destinado específicamente a animales con diferentes discapacidades y ancianos.
Los sábados por la mañana, en el corazón de B° Juan B. Justo, las herramientas suenan con un propósito muy especial: devolverle la movilidad a perritos con discapacidad. En ese espacio funciona el taller de reacondicionamiento de carritos de la Fundación DISCAS, una organización sin fines de lucro que desde 2015 rescata, rehabilita y da en adopción a animales con discapacidad y ancianos. “Desde 2022 somos una fundación legalmente constituida”, cuenta Natalia, una de las coordinadoras. “Trabajamos por y para ellos: los discas y los viejitos”.
La tarea es titánica: mantener activos alrededor de 15 rescatados fijos entre perros y gatos, y colaborar mensualmente con otros 10 aproximadamente, brindando insumos y atención veterinaria según lo permiten los recursos humanos y económicos. Y uno de los trabajos más importantes que realiza la fundación es el reacondicionamiento y préstamo gratuito de carritos ortopédicos para rehabilitación y paseos. “El uso del carrito lo determina el veterinario o fisioterapeuta según diagnóstico, edad, peso y tamaño. No lo usan todo el día, por eso también hay que proteger sus patitas con vendas, medias o bolsas de arrastre”, explica Natalia.
Con solo dos horas semanales, cualquier persona puede sumarse a DISCAS en tareas como paseos, traslados, eventos o el taller de carritos. También se necesitan insumos como pañales, vendas, balanceado especial y toallitas sin alcohol. La ayuda humana es tan urgente como la ayuda económica.
Un taller que fabrica esperanza
Quien está al frente del taller es Gretel, una de las voluntarias más comprometidas con la causa. “Contamos con variedades de diseño, formatos, estructuras de carrito que nos han donado. Son carritos que ya usaron otros peluditos, que se recuperaron o que partieron. Y eso es hermoso, porque ese carrito sigue andando, sigue teniendo vida”, relata. Cada pieza tiene su historia, y cada ajuste significa una nueva oportunidad.
El taller funciona como un gran laboratorio colectivo. Nadie necesita ser experto para participar: basta con las ganas de ayudar. “Uno lo va aprendiendo a medida que va vivenciando los casos. Algunos saben cortar, otros coser, otros tienen buen ojo para las medidas. Entre todos vamos resolviendo, dando respuesta a cada caso”, dice Gretel. Y aclara que si bien hay voluntarios con conocimientos de carpintería o herrería, también se puede colaborar desde cero, aprendiendo en equipo.
Los carritos pueden ser de dos o cuatro ruedas, según la necesidad del animal. “Los de cuatro ruedas son para los más viejitos, para cuidar su postura y evitar esfuerzos. También se usan para hernias de columna, incluso en perros jóvenes”, detalla. Y agrega que hay casos especiales, como los perritos que no manejan sus patitas delanteras, que requieren estructuras más complejas: “Ahí vamos estudiando, probando y eligiendo lo mejor para cada situación”.
Además del taller, la fundación se organiza en grupos de trabajo: eventos, traslados, hogares provisorios, atención veterinaria y más. Cada engranaje es fundamental. “El impacto del voluntariado es enorme. Sin recurso humano y hogares provisorios no podemos seguir rescatando, porque no tenemos un refugio todavía”, afirma Natalia. Por eso, hacen un llamado urgente a personas con al menos dos horas semanales disponibles para ayudar.
DISCAS reacondiciona y presta gratuitamente carritos ortopédicos para perros con discapacidad y ancianos. Cada sábado, en barrio Juan B. Justo, voluntarios reparan, adaptan y preparan carritos para que sigan dando vida. No se necesita experiencia, solo compromiso y amor por los animales.
DISCAS también recibe donaciones de insumos: pañales de adulto, vendas, cintas de papel, toallitas húmedas sin alcohol, balanceados medicados (como renal o urinary, para perros y gatos). “Todo suma. Todo ayuda. Incluso compartir una publicación en redes puede marcar la diferencia”, recuerda Natalia. El correo para sumarse es discasrodandoporlavida@gmail.com, con el asunto “Quiero ser voluntario”.
Entre carritos, sogas, tornillos y amor, el taller se convierte cada fin de semana en una fábrica de esperanza. “Hace poco se sumaron soldadores, diseñadores industriales, y eso le da cuerpo y seguridad al taller”, cuenta Gretel. La diversidad de saberes y la voluntad compartida hacen que la magia ocurra: peluditos que vuelven a moverse, a correr, a pasear. A vivir con dignidad.
Mientras tanto, los voluntarios siguen soñando con un refugio propio, con más recursos, con más manos. Pero sobre todo, con más corazones dispuestos a rodar por la vida junto a esos seres que lo dan todo. Porque como dicen en el taller, cada carrito reacondicionado no solo lleva a un perro: lleva amor, historia, lucha y la certeza de que otro mundo —más justo, más empático— es posible.
¿Querés sumarte?
📧 discasrodandoporlavida@gmail.com
📲 Instagram: @discasrodandoporlavida
📍Taller: B° Juan B. Justo, Córdoba. Sábados por la mañana.
Más info: Cel. 3885 00-3055