Por Casandra Quevedo
Martín Massiti es un fotógrafo cordobés de 26 años que cumplió el “sueño del pibe”. En medio de la pandemia por el coronavirus, vio imposibilitado un viaje que tenía pendiente a Europa, pero eso no lo detuvo. Inspirado en otras experiencias de jóvenes con su misma profesión, decidió no perder el tiempo: puso manos a la obra y transformó su Citröen C3 en una casa rodante.
¿Su destino? ¡Nada más y nada menos que el hermoso Sur argentino! El viaje que le llevó 5 meses le dejó nuevas experiencias, mucho autoconocimiento y un gran sentido de pertenencia a nuestro país. Ahora, desde Río Tercero, le brindó una entrevista a Expresión Norte y contó todos los detalles de su aventura.
¿Cómo surgió la idea de viajar por todo el sur argentino?
La idea surgió en base a la inspiración que me generó el fotógrafo cordobés Gon Granja, con la diferencia que no contaba con una camioneta para dormir en ella. Sin embargo, quise intentar hacer lo mismo pero en mi auto, ya que no contaba con el dinero para comprar un vehículo de mayor tamaño.
¿Cómo refaccionaste tu auto? ¿Qué cosas no podían faltar en tu viaje?
Lo refaccioné con mi tío abuelo a fines del año 2020. La idea principal era un espacio para dormir cómodo, que fue tomando forma hasta convertirse a los que es ahora, una cama con una mesa plegable. Mas allá de una buena bolsa de dormir, agua, herramientas y algo de comida, lo que no podía faltar en el viaje era mi cámara de fotos y la notebook para editar todo el contenido que iba a generar.
¿Cómo planificaste el recorrido?
El recorrido fue planificado dos días antes de salir, ya que decidí bajar por Ruta 3 en vez de Ruta 40, como venía pensando desde hace tiempo. Pero los puntos que visité fueron seleccionados en un lapso de un año, extraídos de fotos en intagram y leyendo blogs de internet.
¿Cuántos días ya llevas de viaje y cuánto va a durar en total aproximadamente?
El viaje tuvo una duración de 144 días. En un principio tenía pensado hacer la travesía en 2 meses, pero el tiempo se fue estirando porque me fui enamorando poco a poco de la Patagonia. Terminé convirtiendo 60 días en 5 meses que, si bien podrían haber sido más, decidí pausar.
¿Qué fue lo que hizo que lo pausaras?
Estando en San Carlos de Bariloche me vi atrapado por las restricciones de la pandemia y tomé la decisión de volver a Córdoba, después de analizar los pros y los contras. Por mi parte creo que fue una decisión acertada, ya que el invierno había opacado los colores y hacía que el día y la posición del sol no fueran las indicadas para la fotografía.
¿Cuál fue el lugar que más te gustó hasta ahora? ¿Por qué?
El lugar que mas me gustó fue El Chaltén. Si bien he conocido paisajes asombrosos como ocurrió en Ushuaia, Cabo San Pablo, El Calafate, Esquel (entre otros más), el que logró tocar mi corazón fue aquel pueblito de montaña, inmerso en una energía tan poderosa que busca atraparte en todo momento. Los bosques de lengas, las aguas transparentes, los colores de los cerros y el monte Fitz Roy, son la combinación perfecta para todo aquel que ama la naturaleza.
¿Viajas solo o acompañado?
Viajé solo en casi todo momento, pero logré coincidir con mi novia tan solo una semana para conocer el mágico Chaltén. Si bien al viaje lo hice solo, conocí cientos de personas que hicieron que nunca sintiera soledad. Ni si quiera en mi cumpleaños en el fin del mundo, donde lo pase un montón de nuevos amigos.
¿Tuviste que superar algún obstáculo en el viaje?
Si bien el viaje fue lo mas lindo que he hecho hasta el momento, tuve algunos inconvenientes. Los problemas mecánicos no me parecieron relevantes, porque son cosas que suelen suceder y más cuando uno recorre caminos de todo tipo en 13.500km. Sí me pasó de atravesar situaciones desagradables con personas que se aprovecharon de mi buena onda.
¿Cuál es el mayor aprendizaje que ganaste hasta ahora?
El objetivo principal del viaje fue lograr el autoconocimiento permitiéndome estar solo y lejos de casa. Hoy en día creo que logre mucho más que eso. Mi sentido de pertenencia hacia mi país es mayor, como también al mundo que nos rodea. La naturaleza se volvió parte de mi vida y quiero que este siempre presente, porque es la mejor manera de conectar con uno mismo.
¿Qué le dirías a alguien que quiere animarse a hacer una travesía como la tuya?
En otras entrevistas a las que he participado recuerdo haber dicho que se animen, que cumplan sus sueños y que si tienen miedo que hagan las cosas igual. Pero hoy (después de analizar todo lo vivido), le agregaría también la frase “Todo va a estar bien”, porque en cada rincón donde uno viaje va a encontrar alguien que este dispuesto a ayudarlo, a recibirlo o simplemente sonreírle. El ambiente viajero es uno de los más cálidos y acogedores que he conocido, por lo que no me cabe duda que si impulso a cualquier persona a que cumpla el sueño de viajar, le va a ir muy bien. No solo porque va hacerlo con pasión, sino porque va a encontrar un montón de gente en el camino que va a estar para brindarle ayuda incondicionalmente.
Para más información: Martín Massiti