¿Te imaginaste alguna vez estar creando con 21 años un emprendimiento que de manera sustentable de las soluciones más urgentes en el presente y ayude a las generaciones futuras? Aunque parece improbable, esto es lo que hizo Rodrigo Dominguez, quién 11 años atrás y después de haber probado con varios emprendimientos, apostó a crear una empresa que confluyera su interés por el reciclaje y la provincia de Córdoba. Así nació “Industrias Elypson”, encargada de crear máquinas industriales e institucionales, que a su vez sean innovadoras y den soluciones a las problemáticas actuales.
Uno de los proyectos de ingeniería ambiental más aclamados de Industrias Elypson es la máquina que sirve para reutilizar la basura. La misma lo logra utilizando mecanismos de cocinado y termina por transformar los residuos en combustible diésel y energía eléctrica. Pero siempre un paso adelante, Dominguez se encontró con un nuevo panorama en cuarentena. Frente a la pandemia del coronavirus comenzó a inquietarse y a pensar qué tecnología podía crear para colaborar con el país. Así surgió la “cápsula de ozono”, destinada a sanitizar las instituciones. El empresario hizo un repaso de estos logros.
¿Qué te motivó a comenzar tu camino en Industrias Elypson?
R.D: “Empecé de muy chico, cuando tenía 21 años, fue hace 11 años. Me gustaba emprender, hice varias cosas de distintos rubros, pero me dí cuenta que no me llenaba. A mí siempre me preocupó la gran poblemática de la basura y me gustaba ver lo que se hacía en Europa. Entonces un día copié una máquina que compactaba y reducía el volumen de la basura. Así empecé, con 1 o 2 modelos. Hoy en día tengo 25 modelos de máquinas, que no solo reducen la basura, sino que la transforman”.
¿Cómo se dió la alianza con Zeven For Earth (el movimiento ecológico global que financia los proyectos?
R.D: “Lo que hace es financiar todos los proyectos que son de triple impacto, es decir, lo ambiental, social y económico. En nuestro caso, la mayoría de nuestros proyectos lo son y por eso nos financian”.
¿Cómo comenzó tu interés por el reciclaje y cuál es el objetivo respecto a este tema a largo plazo?
R.D: Siempre me interesó el tema del reciclaje y el medio ambiente. Un día, pensando en la problematica que teníamos en nuestra provincia de o que era la basura, fue ahí cuando creé la primer máquina, para ayudar a resolver este problema. Hoy en día tenemos más máquinas industriales que nstitucionales, y siempre digo que el futuro son los chicos. Entonces me encanta enseñarles lo que es el reciclaje y por eso creamos una máquina, para que los chicos jueguen, aprendan y reciclen.
¿Cómo funciona tu emprendimiento que transforma basura en combustible?
R.D: Comenzó hace 3 años, con un grupo de ingenieros que tenían esta tecnología. Hicimos una alianza estratégica. Ellos tenían patentado un catalizador, en donde lo poníamos en un reactor y empezábamos un proceso llamado “pirólisis catalítica controlada”. Ese fue un prototipo, después empezamos a cocinar los residuos sin generar contaminación. Sacábamos un petróleo sintético, lo destilábamos y sacábamos el combustible, que podía utilizarse en los transportes. Ahora estamos trabajando en un proyecto de transformación de residuos, que es el de hacer madera plástica.
¿En qué consiste el proyecto de la cápsula de ozono y cómo surgió?
R.D: Ante la problemática de la pandemia se habían hecho unas cabinas que fracasaron, porque la ANMAT prohibió que se tirara líquido. Fue ahí cundo se me ocurrió hacerlo con ozono, que no te moja y desinfecta mejor que el alcohol. Ideamos esto y después el camino nos fue llevando a controles de temperaturas inteligentes con un tótem, a un scanner del documento, para que quede una base de datos. De esa manera, le das trazabilidad a la persona.
¿Cuál es el mensaje ecológico que querés dejar?
R.D: “Que podamos cambiar. Me gusta trabajar mucho con los chicos y enseñarles porque ellos son el futuro, pero creo que todos lo podemos hacer. Hay que empezar desde la casa, creando hábitos de aprender a reciclar, ahorrar el agua y la energía. Es muy importante porque nosotros tenemos muchos basurales a cielo abierto y si empezamos la reducción de la casa, haciendo compostaje y reduciendo plásticos, podemos hacer ese cambio. Hay que enseñarles a los más chicos a no tirar un papel en la calle, o una botella. Hay que enseñarles cuánto tiempo demora en degradarse los distintos tipos de residuos. Esa es la idea, porque sino según la ONU, el 2050 el mundo va a ser un desastre y el cambio climático muy fuerte”.
¿Cómo te ves de acá a 10 años?
R.D: Me encantaría que tanto en mi país y en mi provincia seamos un ejemplo en Latinoamérica, y que cambiemos. Que los grandes le empiecen a dar el ejemplo a los chicos, y que los chicos le terminen dando el ejemplo a los grandes. Tenemos que trabajar conjuntamente Nosotros como empresa, aportando tecnologías, queremos ayudar este cambio. También la sociedad y la política deben poner de su parte. Si nos unimos vamos a generar ese cambio.