Por Casandra Quevedo
Un grupo de ciclistas cordobeses con discapacidad visual logró un gran objetivo y se convirtió en un gran ejemplo de constancia y superación. “Rueda Conmigo Tandem“, es el nombre de esta gran unidad que quiere dejarle un mensaje claro a la sociedad, basado principalmente en la inclusión.
Diego Moyano, uno de los representantes del grupo, explicó en qué consiste la “convivencia”, término que en el grupo consideran fundamental para seguir creciendo: “Sentimos que hay una gran oportunidad de mejorar en la ‘convivencia’, es decir, en esto de coexistir armoniosa y pacíficamente, en escucharnos, ser solidarios, compartir actividades, empatizar, tender puentes, seguir aprendiendo y enriqueciéndonos con la experiencia del otro”.
Para “Rueda Conmigo Tandem” es esencial seguir bregando siempre por más oportunidades y por la creación de más espacios de superación, para que todas las personas puedan alcanzar un bienestar integral. En este sentido, tuvieron una gran idea: invitar a personas con discapacidad visual a encontrarse como comunidad a través del ciclismo.
Un equipo bien heterogéneo
El grupo estuvo integrado por personas con discapacidad visual y los guías quienes los orientaron y acompañaron en las bicicletas. Así, lograron una meta hermosa: que muchas personas descubrieran una nueva pasión.
La delegación estuvo conformada por 10 personas, de las cuales 3 eran mujeres y cada una iba en su bici individual. También había 3 bicicletas dobles, donde adelante iban los guías y atrás las personas con discapacidad visual (2 ciegas y 1 con baja visión). Y en una cuarta bici iba Héctor Rodríguez, quién ideó esta travesía.
Cada una de estas personas fue una parte muy importante de este viaje tan especial: Lautaro Gómez (Ciego), Tomás Martínez (Ciego), Diego Moyano (Baja Visión), Melisa Perdomo, Flavia Rojas, Claudia Guzmán, Jorge Álvarez (guía de Lautaro), Jorge Posadas (guía de Tomás), Claudio Losano (guía de Diego) y Héctor Rodríguez.
¿Cómo fue la travesía?
Diego Moyano contó sobre el inicio de este proyecto: “Ninguno de nosotros es un gran atleta y las bicis son comunes, básicas y playeras. Una venía sin cambios, así que parte del mensaje era ‘¿Con lo que tenemos qué podemos hacer?’. Pudimos lograrlo”.
Sobre la experiencia que vivieron en el camino, el ciclista explicó: “El 20 de marzo partimos desde el Estadio Mario Alberto Kempes rumbo a Buenos Aires: el Obelisco. Recorrimos pedaleando la ruta 9 (vieja), y en cada pueblo o ciudad que visitamos, compartimos el mensaje de la sana “convivencia”. Trasmitimos que todos juntos podíamos llegar a un mismo destino, capitalizando la experiencia de viajar y potenciando las capacidades de cada quien. Todo con la convicción de lograr el bienestar integral “de lo que tengo y no de lo que me falta”.
Tampoco condicionó el tema de la edad a la hora de cumplir el objetivo: el integrante más chico del grupo tiene 17 años y el más grande 64. Todos juntos lograron llegar al Obelisco el 6 de abril, y con su experiencia dejaron un claro mensaje: “Todo es posible” y más en conjunto.
