Tras nueve años como cura párroco de la iglesia Santa Inés, ubicada en barrio La France, el Padre Marco Anselmo Bustos comienza a despedirse de nuestra comunidad para continuar su tarea como pastor en la parroquia Cristo Redentor, de barrio Jardín. Junto a Expresión Norte, recapituló su paso por nuestro sector, dedicó algunas palabras y realizó un balance de su paso por Santa Inés. Ahora, se inicia la transición hasta la llegada del Padre Alejandro Raviolo, proveniente de la parroquia San Roque, de barrio Villa Corina.
“Santa Inés me es la que me enseñó a ser cura párroco”
Padre Marco; a lo largo de estos años, su paso por Santa Inés se caracterizó por el constante tendido de puentes con la comunidad, ¿verdad?
Hoy, no podemos pensarnos como Iglesia como una organización que trabaja exclusivamente “puertas adentro”, sino que debemos pensarnos en vinculación con el barrio, la comunidad y en los vecinos. Hemos tratado de tender puentes y, algunos han sido más fáciles de construir y otros han sido laboriosos. En líneas generales, hemos tenido logros que me ponen contento, pero no porque sean míos, sino que los tenemos que entender como logros del conjunto social que trabaja en redes.
Y si hablamos de logros, ¿Cuáles fueron algunos de ellos y cuáles quedaron pendientes?
Cuando hablamos de “Iglesia”, puede entenderse de muchas formas: una de ellas, es pensarla desde la “jerarquía eclesiástica”. También uno puede referirse al templo, al edificio… Pero la Iglesia, en realidad, es aquella que late… ¡es la comunidad!.
Cuando llegamos a Santa Inés, debido también a una dificultad de salud por parte del párroco anterior, el Padre Daniel Gómez, la comunidad estaba “desinflada”. Una de las misiones importantes fue animarla, para que vaya creciendo. En eso, se ha logrado bastante, pero queda mucho por construir.
Por otro lado, la misión tenía también que ver con la renovación de la mirada que tiene la sociedad y la comunidad sobre la Iglesia… en esto, hay que seguir trabajando mucho, porque aún cuesta que la sociedad la vea de manera más cercana; aún mucha gente mantiene una representación tradicional de la iglesia, muy vinculada a la figura del sacerdote. La iglesia no solo es el cura, sino que somos todos. El bautismo es el punto en común que tenemos.
¿Qué te llevás de tu paso por nuestra comunidad?
La experiencia como párroco de Santa Inés, me ha regalado mucha humanidad. Algo que siempre me digo como cura es que, antes de tener este rol, soy humano. Las distintas tareas que he asumido en la parroquia, en la escuela, en el barrio me han hecho palpitar la humanidad. En eso, les quiero dejar a todos un GRACIAS enorme.
Desde nuestra posición, es fácil que nos pique “el bichito” de la omnipotencia, el ego y subirse a un pedestal que no es tal… pero Santa Inés me ha regalado humanidad, algo que me llevo para toda la vida.
Seguramente, tus palabras de despedida tienen que ver con un “Gracias…”
Totalmente. Estoy muy agradecido, de corazón. Es la primera parroquia en la que he estado como párroco y pastor. Si bien tengo casi 25 años como cura, pero nunca mi servicio había sido desde este rol. Santa Inés me es la que me enseñó a ser cura párroco. Y si he ofendido a alguien, no fue mi propósito y le pido perdón. A Santa Inés, ¡gracias enormes y hasta siempre!
Más info: @marcoanbustos