La tarde del 3 de julio no fue una más en el barrio Poeta Lugones. Con emoción contenida y una clara sensación de que algo importante estaba ocurriendo, se inauguró oficialmente el CENMA 215 en el edificio del CPC Monseñor Pablo Cabrera. Este nuevo centro educativo de nivel medio para adultos, que funcionará los martes, miércoles y jueves de 15:30 a 18:30, llega con una premisa que trasciende los muros: integrar, conectar y humanizar. Y lo hace con una política concreta de participación que busca acercar el derecho a la educación a todos los vecinos que, por diversas razones, no pudieron terminar sus estudios secundarios en el tiempo habitual. La iniciativa nació de la voluntad compartida entre el Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba y el director del CPC, Ariel Rezett, quien desde el primer momento entendió que hacía falta mucho más que trámites en un centro de participación ciudadana. “Tener una escuela dentro del CPC es abrir la puerta a una nueva posibilidad, no solo para nuestros empleados, sino para todos los vecinos”, remarcó durante la inauguración. El espacio físico ya estaba, las ganas también. Solo faltaba poner en marcha el motor educativo.
La semilla se plantó el año pasado con las preinscripciones y, hacia fin de año, el interés superó ampliamente las expectativas. Hoy, ya hay 47 estudiantes matriculados, muchos de ellos aprobando materias, transitando tutorías, adaptándose al sistema semi-presencial que permite que cada quien pueda avanzar a su ritmo, con acompañamiento constante. La coordinadora de la sede, profesora María José Olmos, no esconde su orgullo: “Ser parte de este proyecto es un desafío enorme, pero también una alegría. Esta escuela es una oportunidad real, concreta, que transforma vidas”. Y esa transformación no es solo pedagógica. El CENMA 215 convive en armonía con las actividades propias del CPC, junto a los talleres culturales, deportivos y sociales, y al Nodo Joven, articulado con la Secretaría de Participación Ciudadana y Juventud. Así, la educación se vuelve un actor más de la vida comunitaria.
“Tener una escuela dentro del CPC es abrir la puerta a una nueva posibilidad, no solo para nuestros empleados, sino para todos los vecinos” (Ariel Rezett, Director del CPC Monseñor)
¿Cómo hacer para terminar tus estudios?
Los requisitos para inscribirse son mínimos: tener más de 18 años o cumplirlos durante el ciclo lectivo, acercarse en los días de cursado con fotocopia de DNI y una declaración jurada de salud que se completa en el momento. A partir de ahí, el equipo docente, compuesto por ocho profesores y coordinado por Olmos, acompaña cada etapa, incluso si el estudiante necesita también acreditar el nivel primario. Porque la propuesta no es excluyente ni restrictiva: es flexible, gratuita y humana. Se articula con otras instituciones si es necesario y se adapta a la vida adulta, al trabajo, a la maternidad, a los horarios que a veces impone la realidad.
La modalidad semipresencial es una de las claves del éxito de este tipo de instituciones. Lejos de la rigidez escolar tradicional, se plantea como una herramienta a medida de cada estudiante. Tutorías personalizadas, instancias de acompañamiento pedagógico, tiempos de cursado que se respetan pero que no castigan. “Queremos que nuestros estudiantes lleguen al título, que egresen, que vivan ese logro. Ese es nuestro verdadero objetivo”, explica la Profesora Olmos con firmeza. Y no es una promesa vacía. El título con el que egresan es un Bachiller en Economía y Administración, avalado por la Resolución 1206/17 del Ministerio de Educación, y oficialmente publicado en el Boletín de la Dirección General de Jóvenes y Adultos bajo Resolución 0137. Todo en regla. Todo oficial. Todo real.
Una escuela que abre alas
La semilla sembrada en Poeta Lugones crece con fuerza, alimentada por las ganas de superarse y de cerrar ciclos. No se trata solo de rendir materias, sino de recuperar la autoestima, la confianza, de demostrarle a los hijos que nunca es tarde. Muchas madres jóvenes ya se acercaron, incluso algunas sin haber terminado la primaria. El sistema les abre las puertas igual y les ofrece un camino completo, articulado, accesible. “Nos adaptamos a cada realidad porque entendemos que el derecho a la educación no tiene edad ni calendario”, remarcó la coordinadora.
“Acá nadie paga nada, no hay inscripción, ni cuotas, ni costo de exámenes. Es una política pública real que garantiza igualdad de oportunidades” (María José Olmos, Coordinadora del CENMA 215)
El aula no está en un edificio escolar tradicional, sino en la oficina 4 del tercer piso del CPC. Un lugar distinto, pero funcional y acogedor. Allí, entre escritorios y pizarras, se construyen nuevas historias. Y ese es el espíritu que Rezett quiso imprimir desde el comienzo: que la escuela forme parte del día a día del centro de participación, que no sea una burbuja separada de la vida comunitaria, sino una herramienta concreta para mejorarla. La educación, en este caso, no baja desde arriba: emerge desde el territorio, desde la demanda concreta, desde la voluntad política de acercar derechos.
“Acá nadie paga nada, no hay inscripción, ni cuotas, ni costo de exámenes. Es una política pública real que garantiza igualdad de oportunidades”, dijo Olmos, dejando claro que este no es un parche, sino una respuesta sólida a una necesidad vigente. Y agregó algo que resume el espíritu de esta propuesta: “Cada escuela que se abre, es una puerta más que se le abre al futuro a alguien que lo necesita”. Y en ese futuro ya no hay solo trámites, también hay diplomas, proyectos, caminos nuevos.
El CENMA 215 ya está en marcha. Cada martes, miércoles y jueves, el tercer piso del CPC se llena de libros, ideas, preguntas y esperanza. Porque ahora, en el barrio Poeta Lugones, hay una escuela que no pide permiso, pero sí ofrece oportunidades. Una escuela que, como dicen sus protagonistas, no busca llenar aulas: busca cambiar vidas.
Más info: cpcmonspablocabrera – Av. Monseñor Pablo Cabrera 4800) – Cel. 3512 15-0174