En el Honorato Laconi, las maestras se “las ingenian” para afrontar las dificultades tecnológicas durante el aislamiento

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A los desafíos de comenzar una nueva etapa como lo es la escuela primaria, este año a los niños se les sumó la dificultad de hacerlo a distancia en medio de una pandemia. En la Escuela Honorato Laconi de B° Marqués de Sobremonte, la situación se complicó aún más por la falta de acceso a internet e incluso de dispositivos de comunicación en algunas familias. Sin embargo, esto no fue un impedimento para que las maestras desarrollaran sus tareas de enseñanza y contención necesarias en este momento.

“El no estar en el aula física es un gran desafío porque allí aprendemos en el mismo tiempo y lugar entonces nuestras intervenciones y guía son directas. Ahora, en la distancia, todo cambia. Hay 80 realidades distintas y particulares”, aseguraron las seños de 1° A, B, C y D del Honorato, quienes se la ingeniaron para estar cerca de las familias a través de diversas estrategias, como el reparto de cuadernillos en librerías del barrio.

Entrevistamos a Verónica Müller, Mariángeles Figueroa, Andrea González y Andrea Juárez, docentes a cargo de los cuatro grados.

¿Cómo se organizaron teniendo en cuenta que no todos los niños tienen acceso a internet y a la tecnología?

Desde un principio organizamos cuadernillos con actividades planificadas de manera conjunta pensadas y diseñadas especialmente para nuestro grupo de alumnos y alumnas y siguiendo el enfoque de la Unidad Pedagógica. Se avisó por medio de carteles en la escuela y mensajes a celulares que las copias estaban disponibles en las librerías cercanas.

Mientras tanto, fuimos contactando a todas las familias por llamada o mensajes de Whatsapp. Se buscó una mamá referente de cada grado para que armara el grupo de Whatsapp y fuera nuestra intermediaria. Entonces, a través de ellas nos comunicábamos con las familias. Luego dos de nosotras ingresaron a los grupos también.

¿Qué actividades y alternativas han implementado durante la Cuarentena y qué respuestas recibieron de las familias? ¿Lograron combinar lo virtual con lo tradicional?

Tomamos como base los cuadernillos que enviamos por semana o cada 15 días a las fotocopiadoras del barrio y en formato PDF a los grupos de Whatsapp permitiendo trabajar en cada casa sobre el formato papel.

Luego, a diario se envían mensajes saludando, dando novedades y recomendaciones. Fuimos probando alternativas y se hizo necesario reforzar con llamadas individuales. En algunos casos las familias podían recibir video llamada de Whatsapp así que se aprovechó esa posibilidad.

Otro recurso que sumamos fueron los videos con cuentos grabados por nosotras o las mismas clases explicadas como si estuviéramos en el aula. Todo se va viendo en el día a día, también según la recepción de las familias y las posibilidades tecnológicas, porque no todas pueden descargar los videos o ingresar a enlaces que proponemos. Entonces vamos dando alternativas para poder llegar por distintas vías.

Se proponen una variedad de actividades de calidad, incluyendo juegos, literatura, arte, danza y canciones. Se priorizó la creación del vínculo, para que los niños y niñas se conocieran entre sí y a sus seños y se generara la confianza necesaria para los aprendizajes, se comparten videos de sus trabajos, los editamos para que vean un poquito de lo mucho que hace cada uno, saludamos en los cumples, celebramos las fechas patrias, estamos atentas a las consultas, acompañamos a las madres, padres o abuelas que están siendo nuestro nexo en cada hogar.

Se priorizó la creación del vínculo, para que los niños y niñas se conocieran entre sí y a sus seños y se generara la confianza necesaria para los aprendizajes

¿Cuáles son las mayores dificultades y obstáculos que se les presentan como docentes en esta situación?

El no estar en el aula física es un gran desafío porque allí aprendemos en el mismo tiempo y lugar entonces nuestras intervenciones y guía son directas. Ahora, en la distancia, todo cambia. Hay 80 realidades distintas y particulares.

En la mayoría de los casos hay un adulto que acompaña y organiza los horarios en la casa para sentarse, ayudar, explicar, ser puente entre nosotras y los nenes y nenas de primero. A veces por diversas cuestiones en algunas familias no lograban organizarse y se fue haciendo ese seguimiento. Incluso hay hogares que no cuentan con celular, pero saben que tienen las clases a disposición en la librería cercana.

Otra opción fue que el equipo directivo entregara materiales a las familias que no los tienen aún y receptan actividades los días que en la escuela se retiran los módulos alimenticios de PAICor.