Eugenia Margarit ya forma parte del imaginario colectivo y la expresión popular de Córdoba. A través de sus obras de arte, logró traspasar los muros de su hogar y comenzar a habitar el espacio urbano de Córdoba Capital, extendiendo más allá de los límites sus colores, ideas y trazos.
Los trabajos realizados responden a una lógica de “lo que existe para plantear los colores”, logrando una relación directa en los colores que se pueden observar en la Plaza San Martín o la Catedral: “Son intervenciones urbanas que se plantean en base a lo existente, buscando mejorarlo o resaltarlo”.
¿Cómo te iniciaste en el arte?
Yo estudie arquitectura en la UNC y después me fui a vivir a Barcelona, estuve cuatro años allá. Tuve la posibilidad de estudiar arte y ahí empieza todo mi amor por estas ilustraciones. Empecé extrañando mucho mi ciudad, mi provincia, y cuando volví empecé por dibujar estas obras tan ilustrativas.
¿Podés describirnos sobre el retrato que hiciste sobre el mapa de Córdoba?
Mi familia es de un pueblo, entonces conozco mucha gente que vive en el interior de Córdoba. A la hora de dibujarlo intenté expresar y representar en un mapa todos los lugares que hablen sobre nuestra provincia. Es todo lo que nos representa como cordobeses. Se trata de conocer nuestra provincia, el proceso empezó desde la capital, fui marcando los lugares que ya conozco como las sierras, la laguna de Mar Chiquita, las salinas. Después se trató de averiguar que pasa en el interior.
¿Cómo es el proceso creativo tuyo para elaborar una obra?
Mucho nace desde una melancolía de estar lejos y valorar lo que tenemos como provincia. Voy transitando diferentes etapas también, con los murales me pasa que al intervenir el espacio público existe otra responsabilidad en la ilustración. Ese proceso pasa sobre que pide cada lugar. Mis propuestas en el espacio urbano tienen que ver con el color, darle energía, alegría. Se analiza que paleta usar, que quiero resaltar y el lenguaje que la gente pueda imaginar.
¿Cúales son las cosas que más te gustan de Córdoba?
Me gusta mucho el lenguaje, me encanta porque yo soy muy cordobesa. Lo que tenemos los cordobeses es la calidez, la gracia y la picardía. Esa picardía que somos los cordobeses.
¿Cómo notaste el cambio desde que empezaste a intervenir la ciudad?
Es raro, a veces paso por los lugares y recuerdo todo el proceso. Lo más gratificante es el durante, cuando la gente se acerca y te dice gracias por aportarle a la ciudad algo lindo. Eso es lo que más me nutre, que la gente se sienta reflejada en las obras.
¿Que le puede aportar el ciudadano a la ciudad?
Ha sido un buen momento para Córdoba la intervención del arte, entonces tenemos que aprovecharlo. Se está empezando a ver que nos importa, que le damos color y alegría a la ciudad. Tratar de valorar el esfuerzo del artista para la mejora del espacio urbano.